BALONMANO
Mundial

El gesto de la final: Dinamarca dejó al croata Duvnjak meter el último gol

Los daneses permitieron al capitán de Croacia anotar a pocos segundos para la conclusión de la final como homenaje a uno de los grandes en su último partido con su selección

El croata Duvnjak, aplaudido por todos los espectadores tras la final del Mundial.
El croata Duvnjak, aplaudido por todos los espectadores tras la final del Mundial.Kolektiffimages - IHF
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En el deporte es tan importante saber perder como también hacerlo cuando se gana. Así lo dejaron patente los jugadores de la selección danesa, que con la final del Mundial de balonmano ya más que decidida a su favor desde el minuto 35, homenajearon al capitán de la selección croata, Domagoj Duvnjak, permitiéndole anotar a pocos instantes de la conclusión el último gol de partido en su despedida como internacional a sus 36 años.

Un loable gesto deportivo con una leyenda de este deporte, que dice adiós al combinado croata sin poder levantar un título en sus casi dos décadas defendiendo a su país. Una espinita clavada para uno de los mejores jugadores de este siglo, quien deja el equipo nacional croata con nueve medallas en su haber, cinco de plata y cuatro de bronce, entre campeonatos del Mundo, de Europa y Juegos Olímpicos. 

Quedaban diez segundos para la finalización del partido, cuando el balónllegó a las manos de Duvnjak. Entonces, el danés Mensah Larsen le invitó a acercarse a la portería con el beneplácito de sus compañeros, totalmente quietos en defensa al ya estar celebrando en la pista y en el banquillo su cuarto título mundialista, todos de manera consecutiva. El meta nórdico Green hizo la estatua y Domagoj anotó a placer su último gol con Croacia para poner el broche a una final que solo tuvo el color rojo de Dinamarca, el mejor equipo del mundo a día de hoy.

El danés Gidsel se abraza con el croata Duvnjak.
El danés Gidsel se abraza con el croata Duvnjak.Kolektiffimages - IHF

Duvnjak, consciente que se había acabado su etapa como internacional, se acercó a Green para abrazarse, gesto que repitió con todos sus rivales en la pista,más pendientes en un primer momento de aplaudir a la estrella croata que de celebrar la victoria en el Mundial. Y es que dos de los integrantes de la plantilla de Dinamarca comparten vestuario en el Kiel alemán, y otros diez son rivales en clubes de la Bundesliga. Un ejemplo de deportividad y señorío que engrandece al conjunto danés y al balonmano. Todo el público en pie, sin importar los colores, aplaudieron el último baile de 'Domagol' Duvnjak en el balonmano.

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