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El cambio de hora, ya sea al inicio o al final del horario de verano, puede afectar significativamente nuestros patrones de sueño y bienestar general. Este ajuste temporal en el reloj altera nuestro ritmo circadiano, lo que a menudo resulta en cansancio y falta de concentración. Comprender cómo este fenómeno impacta nuestro cuerpo es esencial para mitigar sus efectos y mantenernos alertas.
Efectos del cambio de hora en el sueño
Cuando se produce un cambio de hora, nuestro organismo experimenta una desincronización que puede dificultar la conciliación del sueño. La alteración del ritmo circadiano provoca insomnio y somnolencia diurna, lo que se traduce en una disminución de la productividad y problemas de concentración. La pérdida o ganancia de una hora de sueño puede parecer insignificante, pero su impacto en nuestra energía diaria es notable, especialmente durante la primera semana tras el ajuste.
Estrategias para mitigar el cansancio
Para evitar los efectos negativos del cambio de hora, es recomendable adoptar algunas estrategias prácticas. Ajustar gradualmente el horario de sueño unos días antes del cambio oficial puede facilitar la transición. Mantener una rutina consistente para acostarse y levantarse ayuda a estabilizar el ritmo circadiano.
Además, crear un ambiente propicio para dormir y limitar la exposición a pantallas antes de acostarse son medidas efectivas para asegurar un descanso reparador. Con estos ajustes, es posible adaptarse más fácilmente al nuevo horario y disfrutar del tiempo extra que ofrece el horario de verano sin comprometer nuestra salud ni bienestar.