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Es muy probable que hayas sufrido algún dolor similar alguna vez. Y es que, cuando tenemos hambre, nuestra tripa realiza rugidos y puede llegar a producir algunos dolores. Es algo tan común y normalizado que muchas veces ni siquiera nos cuestionamos la razón y de dónde podrían venir estos dolores. Para resolver estas dudas, los expertos de Gastroclínica Instituto de Enfermedades Digestivas, han señalado los motivos por los que esto sucede y cómo poder mitigar estos síntomas relacionados con el hambre.
Por qué nos sucede esto
Estos dolores están relacionados con la sensación de hambre. Cuando empezamos a padecer síntomas por la falta de nutrientes empezamos a experimentar lo que se denominan movimientos peristálticos. Estos suceden cuando el estómago se contrae para mover los fluidos y los alimentos pero, al no haber ningún alimento, es posible que las contracciones causen dolor.
El estómago vacío, además puede provocar que el cuerpo se sienta hambriento y que el estómago se contraiga con más fuerza. De hecho, cuando este órgano está sin alimentos durante un tiempo bastante prolongado, la regulación de los movimientos peristálticos se altera. Esto genera un dolor mucho más intenso de lo normal.
Cómo se puede aliviar
La solución más sencilla e inmediata para que nos deje de doler la tripa como consecuencia del hambre es comer. De esta manera se alivia el dolor notablemente y casi de forma inmediata.
Sin embargo, no solo debemos comer en el momento que sentimos hambre, sino que debemos realizar una serie de cambios en nuestra vida para evitar que esto se sufra en repetidas ocasiones. Por ejemplo, regular la alimentación. Debemos comer en horarios más o menor regulares, dado que esto ayuda a prevenir que el estómago esté vacío durante periodos prolongados de tiempo.
Además, aunque algunas dietas tienen como base el ayuno, debemos tratar de evitar esta práctica durante un largo periodo de tiempo. El hecho de saltarte comidas puede favorecer la aparición de dolores estomacales u otros problemas como el desarrollo de síntomas similares a mareos, dolores de cabeza o fatiga extrema. Por supuesto, tampoco es indicado saltarte ninguna comida ya que podemos afectar gravemente a nuestro reloj biológico y a nuestra rutina alimenticia.
Una cosa que debes tener en cuenta es que, si el dolor de estómago por hambre es muy intenso, frecuente o se acompaña de otros síntomas (como por ejemplo náuseas, vómitos o fiebre), debes visitar al médico o a un especialista para observar y hacer un seguimiento de los motivos y el origen de estos síntomas.
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