Dotado con el mismo motor de 278 cc que monta el Cruisym, pero adaptado a las particulares características de este tipo de monturas, ofrece unos suficientes 26 CV de potencia en el régimen de las 8.000 vueltas y con un par motor máximo de 26 Nm en las 6.000 vueltas.
Su apuesta por la suspensión es uno de sus grandes puntos a favor con una horquilla convencional con 115 mm de recorrido que trabaja perfectamente en equipo junto a los dos amortiguadores traseros que monta, ajustables en precarga de cinco posiciones. Los frenos por su parte también cumplen plenamente su función trabajando juntos con un disco delantero de 260 mm (mordido por pinza radial de 4 pistones ) y otro trasero de 240 mm (con pinza de 2 pistones), todo con ABS Bosch 10.3.
En marcha por Sierra Morena
El ADX 300 permite afrontar las curvas con una suave propuesta de entrada en los giros dado que la maneta que acciona la bomba trasera trabaja también en un medido porcentaje sobre la delantera, sin llegar a bloquear (y mira que lo intenté) la rueda trasera. El ABS por su parte no es nada intrusivo y no entró en funcionamiento en ningún momento durante la prueba.
Este ADX 300 invita a una conducción muy activa con su asiento de doble altura a 770 mm, una postura de los pies sobre su suelo partido que deja las rodillas ligeramente elevadas respecto al eje de la cadera y un manillar de corte recto que termina con los acertados paramanos que le dan ese aspecto de montura aventurera.
El único pero en su dinamismo llega de la mano del caballete central, que si bien su incorporación parece obligado al ser un escúter y más siendo un 'crossover', este no duda en hacer acto de presencia cuando la diversión toma las riendas y los giros se vuelven intensos con el chasis trabajando a destajo junto a unos neumáticos mixtos que firma CST y que nos dejan un estupendo sabor de boca. Roza demasiado y demasiadas veces teniendo en cuanta que invita a tomar las curvas con alegría.
Basta desconectar el control de tracción (TCS) que incorpora para poder disfrutar del ADX 300 fuera del asfalto. Sin olvidar que no estamos ante un escúter de corte 'off road' ni mucho menos (y que pesa 200 kilos), por pista se comporta bien, correctamente, con una respuesta comedida al puño y con esa activa ergonomía que comentábamos que permite colocarse en posición activa por el campo.
Con una acertada apuesta visual rematada por una cúpula ahumada de serie que le da una acogedora presencia a sus mandos, el ADX 300 disfruta de una pantalla TFT de 7'' con varias interfaces y ajuste día/noche (no estaría de más colocar los botones de ajuste en la parte superior en lugar de abajo donde se encuentran), y, por supuesto, una completa batería de ledes para la lumínica, tanto delantera como trasera, por último, y no por eso menos importante, el precio es sorprendente. Los 4.599 euros que tiene como línea de salida en el catálogo de Sym hace que se una de las opciones más atractivas el mercado.
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