El Barcelona comenzó la defensa de su corona nacional con un trabajado triunfo ante el Deportivo de la Coruña (0-3) en un partido disputado en Riazor ante 7.318 espectadores. El doblete de Pajor y el gol de Brugts en la segunda parte fueron renta suficiente para que el vigente campeón sumara sus primeros tres puntos del curso.
Pere Romeu, que se estrenaba de manera oficial como entrenador del primer equipo, apostó por un once sin olímpicas y que premiaba -según palabras del propio técnico en los micrófonos de Dazn- el trabajo realizado en pretemporada.
El Barcelona entró al verde con la intención de hacerse con el control del partido desde la posesión y la incidencia en campo contrario. Sin embargo, el buen trabajo del entramado defensivo blanquiazul y la falta de fluidez y acierto de las azulgrana hicieron que el cronómetro se fuera consumiendo sin alteración alguna en el marcador. Más allá de un intento de gol olímpico de Mapi que se estrelló en el larguero, el Barcelona apenas firmó dos disparos a puerta en los primeros 45 minutos, perdiéndose en la telaraña de un rival con una apuesta valiente que llevó el duelo en tablas al descanso.
Alexia y Aitana comenzaron de inicio en la segunda parte. Tres Balones de Oro para desatascar un partido excesivamente denso. Aportaron intensidad, fluidez y calidad que hicieron efecto de inmediato. Fue Pajor, uno de los tres fichajes del Barcelona este verano, quien estrenó el marcador antes de la hora de juego al cazar un rechace de Pereira a remate de Graham.
Con el marcador a favor y las fuerzas del rival flaqueando -Bárbara tuvo que ser relevada con molestias musculares-, los acercamientos a la meta herculina fueron una constante. A 20 minutos para el final, llegó la sentencia con el gol de Brugts, que remató de volea un centro con música de Alexia. Un gol que tuvo su dosis de polémica al reclamar el Deportivo una falta previa de Mapi sobre Millene, que seguía tendida en el terreno de juego.
Aún habría tiempo para un gol más, de nuevo firmado por Pajor, que remató de primeras un centro desde el costado diestro de Graham recordando viejos tiempos y la conexión entre ambas surgida en el Wolfsburgo.
El partido se consumió con una ovación más que justa a un Deportivo que dejó una gran imagen en su regreso a Primera división y el aplauso a un Barcelona que reaccionó a tiempo para ganar, un verbo al que se han acostumbrado y del que nunca se cansan.
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