Aitana Bonmatí Conca. Futbolista con mayúsculas que fue la gran protagonista de la victoria de España ante Suiza (5-1) que otorga a las nuestras el billete para los cuartos de final del Mundial. La de Sant Pere de Ribas no sólo anotó dos goles, sino que ofreció una clase magistral sobre el verde sólo a la altura de las elegidas.
Vilda introdujo cinco cambios en el once respecto a la dolorosa derrota ante Japón, toda una declaración de intenciones. Agitar el avispero español, herido en su orgullo, no tardó en dar resultados pues en apenas cinco minutos anotó el primer tanto del partido. Salma centró desde la zurda y Alba remató con intención, pero entre Thalmann y el palo evitaron que la pelota entrara. Ahí apareció Aitana, de nuevo la más lista de la clase, para aprovechar la segunda jugada y definir con la zurda por el palo corto. Primer gol encajado por las helvéticas en todo el Mundial -por dar contexto-.
La tranquilidad duró cinco minutos. Un pase atrás de Codina a Cata pilló adelantada a la meta balear que, en su estreno con la absoluta, no pudo más que correr hacia atrás viendo cómo la pelota entraba en su portería.
Reacción
La aparente fragilidad defensiva -nos sigue costando las vigilancias a la espalda- se entremezclaban con el potencial ofensivo que, esta vez sí, España desplegó sobre el verde. Avisaron Codina y Paredes con dos cabezazos a saque de esquina que se fueron al tejado de la portería y Esther con un reverso taponado por la zaga suiza. No falló Alba, la Pichichi de la Liga, que cabeceó de primeras un centro de Ona para poner de nuevo a España con ventaja y hacer sonar al mítico Raphael por megafonía. Porque, aunque caía la tarde en Nueva Zelanda y amanecía en España, tenía que ser una gran noche.
España dominó los tiempos del partido. Pasó del juego vertical al tiki taka con aparente facilidad y la figura de Bonmatí estuvo muy presente en ambos estilos. Con el primero dio coherencia al juego, salida a sus compañeras y confianza al equipo; con el segundo creó, asistió y definió. Y es que después de que Thalmann salvara dos goles cantados, la todocampista tuvo el temple para controlar dentro del área, sentar a tres rivales con un recorte con la diestra marca de la casa y definir con la zurda con un toque sutil.
Y aún habría tiempo para uno más antes del descanso. En el cuadragésimo córner del Mundial a favor de España, el sexto del día, llegó la vencida. Codina, con ubicuidad y garra, aprovechó un barullo dentro del área para meter la pierna y el balón en la jaula, sacándose así la espina del tanto regalado.
Sentencia y descanso
Pasada la hora de juego, cuando Vilda acostumbra a mover el banquillo, se vio hacia dónde apuntaba el foco. El técnico dio entrada a María Pérez -otra sin minutos hasta entonces- justifificando así que se trata de un equipo de 23 jugadoras (sólo queda por debutar Enith Salón). Salió del verde Tere y Esther, que cedió a Alba el bien bautizado por mi partner Pablo Parra como brazalete itinerante y el puesto de '9'.
Los cambios no alteraron la hoja de ruta y España siguió llevando el plan establecido a la perfección. A veinte minutos para el final apareció Jenni para, de disparo cruzado, batir a Thalmann y poner el quinto en el marcador a la par que el público se divertía en la grada haciendo la ola. Quedó tiempo para que Alexia sumara minutos, Athenea regresara al verde y España pudiera marcar el sexto, pero el partido se consumió sin más alteración en el marcador y con buenas sensaciones.
España vino a hacer historia al Mundial y de momento lo ha conseguido ganando su primera eliminatoria (en cualquier torneo internacional) y sellando su billete para cuartos de final, donde hoy conocerá si su rival es Países Bajos o Sudáfrica. Lo conseguido, aún para celebrarlo, está escrito en letras minúsculas. Y este equipo está para redactar con mayúsculas. Que siga el baile.