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Apenas ha tardado un año y medio Ardon Jashari (Cham, Suiza, 2002) en confirmarse como uno de los grandes talentos del fútbol europeo. Un año y medio en la liga belga, en el Club Brujas... y salto a todas las carpetas de las Direcciones Deportivas de Europa.
El centrocampista suizo de 22 años llevó al Club Brujas a ganar la Copa y pelear con el Union Saint-Gilloise por levantar, también, la liga... hasta la última jornada. Como reconocimiento, 'doblete': nombrado MVP de la temporada en Bélgica... y también mejor jugador joven.
No es de extrañar, por lo tanto, que sean unos cuantos los equipos que llaman a su puerta. El que lo hace con más insistencia es un Milan que, según explican en Italia, ha presentado ya casi 30 millones de euros en concepto de oferta. El Brujas, sin embargo, quiere más... y exprimir al máximo una venta que multiplicaría el valor por el que llegó desde el Lucerna: 6 'kilos'.
Curiosamente, el Milan fue el equipo del que Jashari (de origen albanés) se enamoró... en 2011. A ellos se enfrentó, en Italia, en la fase de grupos de esta Champions. "Miré al frente y vi esa impresionante pared negra. La Curva Sud del gran AC Milan. Me enorgullecía muchísimo estar allí. Piensas en tu madre, en la familia... De niño, una vez fuimos al Milan-Barça (en 2011, ed.) . Estábamos en lo más alto del tercer anillo. Tenía ocho años. Desde ese día, siempre ha sido mi sueño jugar en San Siro algún día. Y de repente, estás ahí...", contaba a 'HLN.be' hace unos meses.
Tenía ocho años. Desde ese día, siempre ha sido mi sueño jugar en San Siro algún día
Ahora, curiosamente, ese sueño puede ir más allá de jugar como visitante. El Milan busca un reemplazo a Reijnders (se ha ido al Manchester City por unos 60 millones de euros), y Jashari parece un nombre ideal para ese recambio.
Una historia de superación
La historia de Jashari, mientras, es de resiliencia. Y eso que solamente tiene 22 años. Debutó con la absoluta de Suiza antes del Mundial de Qatar y sumó algunos minutos en el Mundial de 2022, en el 6-1 de octavos de final ante Portugal. Años atrás, en la cantera del Lucerna, tuvo que 'ganarse el pan'.
"Nunca fui el 'niño estrella', al que tenían 'bajo control'. La mayoría de los jugadores que llegan al primer equipo ya tienen un contrato profesional. Cuando llegué al primer equipo una vez, durante la pandemia, a los 18 años, ese aún no era el caso. Después de ese debut, volví a jugar con la Sub-21 durante un año y medio. El entrenador no me quería; simplemente no me veía. Mientras que a otros jugadores se les permitió dar el paso. Y ellos mismos sabían que yo era mejor que ellos. Y entonces empiezas a pensar...", recuerda Jashari en 'HLN.be'.
El entrenador no me quería; simplemente no me veía
A Jashari le llegaron las dudas, y empezó a combinar sus entrenamientos con prácticas de istración en una oficina... durante cuatro años. Pero todo cambió: "Por suerte, llegó un nuevo entrenador, Mario Frick. Él me abrió las puertas y me reclutó en enero de 2022. '¿Cómo es posible que el anterior entrenador no viera tus cualidades?'. Nunca más volví a dejar el equipo. Y nueve meses después, estaba con Suiza en el Mundial de Qatar".
El centrocampista suizo habla de tener un talento que nadie entendía, y de lo duro que mentalmente fue sobreponerse a no poder destacar: "Solo puedo decir 'gracias', porque ahora sé cómo lidiar con ello cuando las cosas no van bien". Como su arranque en Brujas. No fue fácil... y hubo críticas. Pero ahora, un año y medio después, es uno de los jugadores más cotizados de la Jupiler Pro League.
El 'nuevo Xhaka'
Lo del 'nuevo Xhaka' es un apodo que le ha puesto la prensa suiza, ite Jashari. No le molesta, guarda una gran relación con Granit... y como el jugador del Leverkusen, pero él en Brujas, es el 'motor' del centro del campo de su equipo.
Ardon toma las decisiones correctas con el balón y es muy estable frente a la defensa
"Ardon toma las decisiones correctas con el balón y es muy estable frente a la defensa", analizaba Nicky Hayen, el técnico del Brujas, tras el primer gran partido de Jashari con la camiseta del equipo flamenco: en Champions, ante el Sturm Graz. Un jugador de buena técnica, con energía y mucha capacidad para abarcar campo. Un tipo, además, con temperamento... pero "con una actitud muy positiva ante la vida, que también quiere trabajar duro para mejorar. Y mejora cada día".
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