Para cualquier equipo, imponerse lejos de sus dominios y en un ambiente hostil nunca es una misión sencilla, pero el Granada se ha acostumbrado en los últimos años a sentirse como en casa a pesar es estar lejos de la ciudad de la Alhambra. Algo que intentará repetir este domingo en El Sardinero con un billete para los playoffs en juego.
Hace 15 años, los rojiblancos, después de más de dos décadas compitiendo en campos de tierra, lograron el ascenso a Segunda y lo consiguieron resistiendo en Alcorcón, sufriendo hasta el pitido final para confirmar su vuelta a la categoría de plata del fútbol nacional con una fiera en territorio alfarero.
El 18 de junio de 2011, el Granada se presentaba en el Martínez Valero con la firme intención de retornar a Primera a pesar de enfrentarse al Elche y a una afición volcada con los ilicitanos, pero los nazaríes, con el inolvidable tanto de Ighalo, consiguieron romper los pronósticos para hacerse con el pasaporte a la élite.
Ya en Primera, los andaluces tuvieron que luchar por la permanencia lejos de su estadio en la temporada 2013-2014 en un duelo directo contra el Valladolid. Se impusieron los rojiblancos para quedarse un año más en la máxima categoría a pesar de contar con el factor ambiental en contra, algo que no fue determinante.
Unos años después, tras descender, el Granada volvía a tener que hacer las maletas, en esta caso para certificar su ascenso en Mallorca, y el conjunto de Diego Martínez no defraudó, logrando un empate que le servía para recuperar una plaza entre los mejores.
Este domingo, aunque la recompensa es más terrenal, los de Pacheta intentarán silenciar El Sardinero para volver a sonreír lejos de su estadio, algo que han convertido en costumbre los rojiblancos en los últimos años y que intentarán repetir contra el Racing.
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