Valencia se tiñó de granota en la fiesta del ascenso del Levante

Valencia se tiñó de azulgrana. Los aficionados del Levante se echaron a las calles de la ciudad del Turia para celebrar el ascenso de los granotas. Un ascenso que alegra a la grada y salva al club. Sin duda, regresar tres años después a Primera división es algo más que lo que indica la categoría: el ascenso huele a regresar a la normalidad y, por ello, la afición ha arropado, más si cabe, a los de Calero desde la tarde del domingo.

La rúa del autobús del Levante por las calles valencianas hizo feliz a unos seguidores que lo habían pasado bastante mal estos últimos años. Ayer, la alegría se volvió a ver por las calles valencianas.

La plantilla granota ha realizado una primera parada masiva en la Plaza de la Reina, donde ha visitado la Real Basílica de Nuestra Señora de los Desamparados y tras el paso por las instituciones, Delegación del Gobierno, Diputación, Generalitat y Ayuntamiento, donde saludaron desde el balcón a los miles de aficionados que se dieron cita en la plaza, después continuaron la fiesta en la Fuente de las Cuatro Estaciones de la Alameda. Un día repleto de emociones, tanto dentro del autobús descapotable granota, como por las calles valencianas. 

Durante todo el recorrido se ha vuelto a escuchar el “Som, som, som de Primera divisió”  y Carlos Álvarez, que era uno de los más aplaudidos por el público, no se quería perder nada. Alucinaba con lo que estaba viviendo a cada paso que daban.

El fútbol le debía al Levante este ascenso

María José Catalá, alcaldesa de Valencia

Pablo Martínez definía como “increíble lo que estamos viviendo con toda la afición, que se merecía este ascenso. Deben de disfrutar, que es momento para ello”.

Por su parte, Pablo Sánchez, el presidente del Levante, muy emocionado, dio las gracias a su plantilla y a “la Virgen de los Desamparados, a la que siempre pidió ayuda”. Mientras que Iborra, uno de los capitanes, dejó claro que "el trabajo y la humildad nos llevó a donde estamos”, y pide a la Virgen que “no les suelte la mano”.

Elgezabal también  disfrutó como un niño con zapatos nuevos: “Ver a nuestra gente tan contenta es sinónimo de felicidad para nosotros. Que lo disfruten a tope, ya que se lo merecen más que nadie”.

Por su parte, el técnico Julián Calero se mostró más sonriente que nunca y explicó: “No es mi Levante, pero lo siento como mío. Es el Levante de todos. Pero sí que me gustaría decir una cosa. Hemos venido para quedarnos. No para volver a Segunda”. Y nadie olvida lo que vivió la Comunidad Valenciana durante la DANA. “Queremos dedicarle todo esto a la gente afectada. Que sea algo que amortigüe el sufrimiento, aunque sé que eso es imposible. Espero que sea una alegría para ellos en un año tan triste. Por ellos va”, dijo con rotundidad el míster.

Por su parte, María José Catalá, alcaldesa de Valencia, no escondía su alegría por la celebración y la respuesta de los granotas: “Estamos muy felices. El Levante se lo merece, el fútbol le debía este ascenso. La vida es justa con la gente que está con el equipo en las buenas y en las malas. Nadie olvida lo que sucedió hace dos años ante el Alavés. Tener dos equipos en Primera y que vuelvan los derbis a nuestra ciudad es algo muy importante”.

Poco a poco las promesas que hicieron los jugadores del Levante se van cumpliendo. Iván Romero sacó tiempo para ir a la peluquería y ponerse el pelo de color platino mientras que Morales se dio pinceladas –en pelo y barba– con los colores azul y rojo. Incluso el míster Julián Calero no dudó en ponerse una peluca con los colores azulgranas.