El 22 de junio de 2024, el Málaga consiguió que el tiempo de añadido de un partido, en este caso de una prórroga, fuese un hito histórico para el equipo blanquiazul. Ese espíritu de Tarragona sirvió para que los malaguistas iniciaran la campaña siguiente en la LaLiga Hypermation con una corriente positiva en los tiempos de descuento de los partidos. Así pues, durante gran parte de la primera vuelta los malaguistas mantuvieron ese idilio con los últimos minutos de los partidos. Los de Sergio Pellicer ganaron así al Albacete en La Rosaleda, o se libraron de perder ante el Granada en Los Cármenes. Todo iba rodado en el tramo final de los encuentros.
La buena fortuna no se quedaba solo en el tiempo del cartelón del cuarto árbitro. En Cádiz, el equipo empató en el 82 de encuentro. En Gijón el Málaga ganó 1-3 con goles de Dioni y en el 86 y el 94. En el 87 marcó Chupete su primer gol profesional para empatar al Dépor y desde entonces la cosa se torció un poco.
Ya son cuatro los partidos de la segunda vuelta en los que el Málaga ha perdido en los últimos minutos del choque. Le ocurrió en Anduva contra el Mirandés, un 3-2 que llegó en el minuto 93 de partido y también pasó en el duelo ante el Cádiz en La Rosaleda. Un 0-0 pasó a 0-2 con dos goles en los cinco minutos finales del partido.
Quizás los casos más sangrantes hayan llegado en las dos últimas salidas de los boquerones. Oviedo y Huesca. En el Carlos Tartiere fue un increíble gol en propia puerta de Manu Molina lo que dejó al Málaga sin puntuar. Un accidente que llegó en el penúltimo minuto del descuento.
Ante el Huesca de Antonio Hidalgo, el Málaga perdió el partido en el minuto 96 de un descuento de ocho. Dos derrotas, dos puntos que han volado y que tendrían a los boquerones más lejos del descenso. Las sensaciones son negativas. En Martiricos se ha impuesto la ley del silencio para esta Semana Santa que volverá a ser larga para los malacitanos, que no jugarán hasta el lunes en Eibar.
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