Solo, de frente a la portería al borde del área pequeña, con David Raya casi batido y con tiempo suficiente como para pensar qué hacer. Luka Jovic falló lo imposible cuando todos en el estadio daban casi por descontado el gol.
Ocurrió en el minuto 34. Fue entonces cuando Jovic recibió un pase genial filtrado de Zivkovic en posición reglamentaria. El pie de su excompañero Carvajal le habilitaba. Controló, se giró y con toda la portería para elegir... la mandó fuera. La cruzó en exceso en un golpeo extraño. Quiso ajustar demasiado sin ser necesario porque David Raya ya se había incluso vencido. Puede que pensara que estaba en fuera de juego porque la frialdad con la que resolvió la situación fue cuando menos llamativa.
El fallo de Jovic fue de los que dejan huella. Se echó las manos a la cara y, en los siguientes minutos, se le notó especialmente alicaído. Su imagen yéndose al vestuario al descanso con gesto serio y pensativo era el de un futbolista que parece gafado.
Comentarios