FUTBOL
Real Madrid

Alfonso, uno de Getafe en la Castellana

Fue el primer getafense en debutar con el Real Madrid

Alfonso, derecha, y Losada celebran el 2-0 ante el Zaragoza el 24 de febrero de 1991.
Alfonso, derecha, y Losada celebran el 2-0 ante el Zaragoza el 24 de febrero de 1991.LUIS ANGEL/ARCHIVO MARCA
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Un debut es el único aliciente". Era el título de MARCA en la previa del partido de Liga que, el 24 de febrero de 1991, enfrentaría al Real Madrid y al Zaragoza en Chamartín. Esa puesta de largo correspondía a un juvenil: Alfonso Pérez Muñoz.

Di Stéfano, entrenador en aquel entonces de un equipo que había iniciado la temporada con Toshack en el banquillo (por el que también pasaron La Saeta, Grosso y Antic), fue quien dio el salto al primer equipo a jugadores como Butragueño, Sanchís y Martín Vázquez. Y él también hizo debutar a un delantero en el que se veía al "Van Basten español". Nunca antes nadie nacido en Getafe había llegado al primer equipo del Real Madrid. Después lo hicieron sólo Javi Sánchez y Hugo Duro, con mucho menos impacto y recorrido.

A esas alturas de 1991, el Barcelona iba disparado en la Liga, y tras cinco títulos consecutivos, el campeonato parecía estar claro que iba a escapar del Bernabéu. Dinamitada la relación de Toshack con Mendoza y la plantilla, el club recurrió a Di Stéfano a mediados de noviembre. Aunque en la Liga nada cambió, el Madrid respiró antes de entrar en 1991, al ganar la Supercopa al Barcelona: 1-1 en la ida (el día del pisotón y roja de Stoichkov a Urizar) y 4-1 en Chamartín, con el golazo de Aragón desde el centro del campo.

Alfonso, en el taller de su padre, durante el reportaje con MARCA.
Alfonso, en el taller de su padre, durante el reportaje con MARCA.ARCHIVO MARCA

Copa y Copa de Europa

El 24 de febrero, la mente del Madrid estaba en la vuelta de la Copa y la Copa de Europa. En la primera, en octavos, se había emparejado con el Atlético de Madrid, y la ida terminó 1-1 en Chamartín. En Europa, se daba por hecho que el equipo pasaría a semifinales. El sorteo había sido benévolo: el Spartak de Moscú, un equipo de segunda línea que llevaba parado por el crudo invierno soviético. Todo esto en plena batalla electoral entre Mendoza y Alfonso Ussía.

Por eso, Di Stéfano no dudó cuando en el entrenamiento del viernes, Hugo Sánchez y Butragueño no completaron la sesión por molestias musculares. El azteca tenía claro el problema: “El entrenamiento en El Pardo no me beneficia. Las carreras que hacemos no son convenientes para mis piernas”.

Debut de Alfonso con el Madrid

De Cambados al Bernabéu

La decisión fue sumar a Alfonso al primer equipo. Era el delantero del equipo de Segunda B, aunque ya había jugado antes con el Castilla. El 4 de diciembre de 1989, Del Bosque recurrió a él de urgencia para recibir al filial del Athletic debido a las lesiones en la delantera del primer filial blanco.

En 1991, Alfonso llamaba a la puerta con fuerza desde un Castilla entrenado por García Remón, que ascendería a Segunda ese mismo año. En diciembre, había sido titular en el empate sin goles en Cambados.

Alfonso observa a Di Stéfano golpear la pelota en un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.
Alfonso observa a Di Stéfano golpear la pelota en un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.RAFAEL CASAL/ARCHIVO MARCA

Esa misma semana, MARCA publicó un reportaje de dos páginas sobre Alfonso. En su casa y en el taller de su padre, al que acudía por las tardes para echarle una mano, el joven contaba sus sueños, su presente y cómo veía su futuro.

“Quiero ser el Van Basten español”, aseguraba en una larga charla en la que dejaba clara su iración por el delantero del Milan, que en ese momento era el mejor equipo del mundo bajo la dirección de Arrigo Sacchi.

Su llegada al primer equipo estaba en boca de todos. Esa misma semana, mientras el filial empataba en Cambados y el primer equipo no jugaba (la Liga estaba parada por el Francia-España que se disputaba el miércoles 20 de febrero en el Parque de los Príncipes, camino de la Euro 1992 (3-1)), Di Stéfano apuntaba que Alfonso podría debutar en la visita a Cádiz. Era el mismo escenario donde Don Alfredo había hecho debutar a Butragueño en febrero de 1984.

Sin embargo, ese paso se precipitó, y Alfonso fue titular junto a Losada ante el Zaragoza. El Madrid ganó 2-0 (goles de Sanchís y Losada) en un partido en el que el Bernabéu sacó las uñas por el juego, pero se entregó a su canterano. “Ha sido impresionante, aunque me hubiera gustado seguir jugando”, comentó Alfonso tras el partido, en el que había lucido el 7 de Butragueño. El cambio lo explicó Di Stéfano: “Ha estado bien, pero sufrió calambres, creo que por los nervios”. En el día en el que el Madrid, y más que nadie Di Stéfano, lloraba la muerte de Héctor Rial, Alfonso dejó una gran jugada para regalar a Losada el 2-0.

El Spartak de Karpin, Mostovoi y Radchenko que sentenció a Di Stéfano.
El Spartak de Karpin, Mostovoi y Radchenko que sentenció a Di Stéfano.ARCHIVO MARCA

Hecatombe

Alfonso pronto conocería lo duro de las derrotas en la Casa Blanca. Tres días después de su debut, con Butragueño en la delantera pero sin Hugo Sánchez, el Madrid fue eliminado de la Copa en el Calderón con un gol de Donato. Alfonso entró a falta de 20 minutos en el intento desesperado de Di Stéfano por igualar el duelo.

El 20 de marzo, la temporada del Madrid tocó fondo. El suelo se abrió en el Bernabéu cuando, tras el 0-0 en Moscú, el Spartak pasó del 1-0 de Butragueño en el minuto 9 al 1-3. La temporada blanca se tornaba negra. Alfonso vivió todo el partido desde el banquillo. Al siguiente fin de semana, contra el Oviedo en casa, Grosso hizo de puente entre Di Stéfano y Radomir Antic.

Con el serbio, el Madrid arrancó con dos derrotas (contra Espanyol y Logroñés), pero después encadenó nueve partidos sin perder, ocho de ellos ganados. Alfonso se asentó en el primer equipo. El 31 de marzo jugó por última vez esa temporada con el filial: 0-0 en la Ciudad Deportiva contra el Leganés. La temporada siguiente, la que acabaría con el regreso de Beenhakker y la primera Liga perdida en Tenerife, fue jugador del primer equipo y solo apareció dos veces con el Castilla (entonces Real Madrid B): contra Rayo Vallecano (3-1) y Lleida (1-0).

"Este jugador, que no se iba a poner la camiseta del Betis, para que se la quiten tienen que cerrar un banco...." Repasamos algunos momentazos del que fuera presidente del Real Betis.

Alfonso jugó por última vez con el Madrid el 9 de agosto de 1996 (1-1 contra el Torino, en Elche). El 26 de ese mes, el Betis pagó 1.276 millones de pesetas por su fichaje. Días antes, el Madrid sospechaba del acuerdo entre su jugador y Lopera. Lorenzo Sanz trabajaba para que Capello tuviera a un brasileño por el que el Palmeiras pedía 700 millones: Flavio Conceição. No llegó.

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