El Madrid que prepara Xabi Alonso: huir del caos, evolución táctica...

La llegada de Xabi Alonso al Real Madrid supondrá una ruptura de estilo respecto a lo vivido con Carlo Ancelotti. Aunque preveamos que el clásico 4-3-3 no cambiará su forma, sí lo hará en su fondo. El tolosarra representará una fractura profunda en la que buscará huir del caos para implantar una idea meticulosa y milimétrica. 

De hecho, pocos entrenadores representan tan bien la evolución táctica del fútbol europeo como Xabi Alonso. Como jugador pudo absorber grandes corrientes contemporáneas que ha ido aplicando en su breve etapa en los banquillos. Xabi aglutina la organización de Sacchi, la gestión de Ancelotti y el posicionamiento de Guardiola. Fue bajo los mandos de Pep cuando comenzó a comprender las estructuras que poco después aplicaría en su pizarra. 

Mismo sistema, distinto estilo

El Real Madrid seguirá con el mismo esquema sobre el papel. Xabi heredará el traje de Carlo, pero lo planchará a su medida. El italiano confeccionó un bloque funcional y ganador pese su degradación con el paso del tiempo. Con el 4-3-3 como punto de partida, el esquema del italiano basculaba entre el 4-4-2 en defensa y el famoso rombo donde Bellingham logró total protagonismo. Un pragmatismo camaleónico con el que se atraía al rival, predominaba el caos y la potencia en las transiciones ofensivas.

Con Xabi Alonso todo eso podría cambiar. El conjunto blanco mutará hacia un plan de autor medido por el tolosarra. Más pulido en la posesión, proactivo en su totalidad y con la premisa de dar protagonismo a las progresiones por el interior. Donde antes existía un marco amplio de libertad, ahora surgirán una serie de automatismos. Donde antes se esperaba el error del rival, ahora se buscará la creación de ventajas.

La presión, un elemento innegociable

Si un aspecto preocupa al madridismo es la presión de su equipo. Esa manera en la que los blancos fuerzan la equivocación y acaban castigando a su oponente, especialmente si se trata en contexto Champions League. Con Ancelotti, pudimos ver a un Madrid que presionaba con la intención de recuperar en zonas intermedias y lanzar contraataques mediante la vertiginosidad de Vinicius o Mbappé.

En el planteamiento de Xabi, la presión es uno de los mecanismos bajo los que se estructura el sistema. El ataque se constituye pensando en cómo presionar versátilmente en caso de pérdida. En este aspecto destaca la presión alta y la ocupación de los espacios centrales. Con esto, Xabi busca limitar a los pivotes rivales y forzar su juego por las bandas, donde el uno contra uno adquiere protagonismo.

Con los datos en la mano, el Real Madrid de la temporada 2024-25 promediaba 11,76 acciones de presión, mientras que el Bayer Leverkusen rondaba las 15,79 (datos de Comparisonator). Esto supone una diferencia del 34%. 

Reprogramar y potenciar las piezas

La llegada de Xabi Alonso no promete una revolución drástica en cuanto a nombres. Hasta ahora solo cuenta con los refuerzos defensivos de Alexander-Arnold y Huijsen. La llegada del internacional español se acopla perfectamente a la necesidad de tener un central con buen pie y con la capacidad para construir desde atrás. Por otro lado, tendrá que lidiar con la marcha de Modrić una vez finalizado el Mundial de Clubes, hecho que empuja al Real Madrid a buscar un perfil organizador en el mercado de fichajes.

Con todo eso, Xabi también tendrá el reto de recuperar la mejor versión de jugadores como Camavinga o Rodrygo, ambos especialmente señalados. En el caso del francés, es conocido por todos que cuenta con unas cualidades físicas que podrían hacerle imprescindible en el esquema del técnico tolosarra. Respecto al brasileño, buscará su redención particular tras perder protagonismo en el último mes de competición.