...Y al quinto partido Bellingham descansó. En realidad no es que descansara, sino que Remiro hizo un paradón antológico en el minuto 89 para sacar sobre la raya un cabezazo en plancha del inglés y negarle su pleno goleador. En el primer partido oficial en que Jude se queda sin anotar los blancos lograron los tres puntos gracias a un tanto de Joselu, el único 9 puro de la plantilla. Tras el parón FIFA, que nunca sabes bien cómo puede afectarte, mantienen su marcha inmaculada en LaLiga: 15 de 15.
Cierto es que para sumar los tres puntos debieron sufrir de lo lindo porque enfrente había un señor equipo, la Real Sociedad. Pero donde no les alcanza con el juego los de Ancelotti llegan por calidad individual y por convicción colectiva: la tercera remontada en cinco partidos. En esto de la fe y el empuje Fran García está haciendo un cursillo acelerado. El canterano, que habitualmente sufre en tareas defensivas y venía acusando la exigencia que implica el Madrid, vivió una pesadilla en la primera parte ya que le tocó lidiar con un Take Kubo en estado de gracia.
Porque el recital del japonés en los primeros 45 minutos fue una cosa muy seria. A su contrastada habilidad con la pelota, que sin embargo no le sirvió para debutar en partido oficial con el Madrid, ha unido determinación, continuidad, concreción y efectividad. Kubo ha aprendido a ser peligroso y se sabe protagonista en esta Real donde va mereciendo galones de estrella. Ahora es un futbolista maduro que llegó al Bernabéu con ganas de reivindicarse y capitalizó todas las acciones de peligro de los de Imanol, que fueron muchas en la primera parte. Fran García era incapaz de sujetarle y tampoco recibía ayuda de Kroos.
Fran no tiene el talento de Kubo, pero reúne dos virtudes capitales: confianza y perseverancia. Supo sobreponerse al mal trago y resultó decisivo en la victoria porque suyos fueron los dos centros a Valverde y a Joselu que significaron los goles. Con sus llegadas hasta línea de fondo para centrar con precisión compensa sus desajustes atrás. Suma más que resta y el Bernabéu, que estuvo generoso para no echársele encima al inicio, supo reconocérselo con una ovación cuando le cambiaron.