Sangre, sudor, lágrimas y lluvia le ha costado al equipo de Paco López conseguir la primera victoria en su feudo. Después de un comienzo malísimo en casa, los cadistas pudieron ver y celebrar los primeros tres puntos en el Nuevo Mirandilla.
No había tenido suerte el Cádiz CF con los enfrentamientos como local, pero este 26 de octubre será recordado por todos. Incluido Paco López, que dicha victoria le refuerza en el puesto tras los últimos partidos.
El Cádiz salió con las ideas claras y sometió al Oviedo desde el pitido inicial. La primera internada del conjunto de la Tacita de Plato fue de la mano de Matos, con un recorte magistral sobre Lemos, forzó una falta peligrosa que a la larga remataría Iza para generar la primera ocasión de peligro. Después vendría un disparo lejano de Alcaraz a las manos de Aarón Escandell.
El Cádiz buscaba con ansias el primer tanto, Ontiveros, con un gran desborde, intenta sorprender a Escandell con un centro raso, pero el portero está atento. Alrededor de la media hora, llegaría la primera del norte, Moyano aprovechó un error de Iza para adentrarse en el área cadista. Tras un recorte, el delantero intentó definir con la zurda, pero su disparo no encontró la portería de David Gil.
Seguía llegando con peligro el equipo de Paco López. Ocampo encendió la mecha por la izquierda. Con un caño espectacular dejó sentado a su marcador y centró con precisión al corazón del área. Mwepu puso un pase de la muerte que se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador. Justo al filo del final de la primera parte, la alegría llegó al Nuevo Mirandilla. Un error en la salida del balón de Moyano permitió a Iza recuperar la posesión en el área rival. Con un disparo rápido y preciso, el gaditano superó a Aarón y abrió el marcador justo cuando el colegiado pitaba el final de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Regalo azul
Tras el paso por los vestuarios, los locales seguían con la idea de regalarle la primera victoria local de la temporada a su afición. La primera la tuvo el Oviedo de las botas de Santi Cazorla. Ilyas Chaira robó el balón en el centro del campo y lanzó un contragolpe fulgurante. Cazorla lo intentó desde la lejanía para obligar a David Gil a lucirse bajo los palos. Sin nadie que controlase el partido, se volvió un correcalles los siguientes diez minutos hasta que volvió momentáneamente la felicidad a la Tacita de Plata tras un golazo de Alcaraz.
La alegría del Cádiz se transformó en decepción cuando el VAR intervino para anular el gol de Rubén Alcaraz. Una supuesta falta de Gonzalo Escalante en la jugada previa privó al equipo de celebrar el tanto. Pero cinco minutos después, el equipo amarillo sentenciaría el encuentro.
Chris Ramos remataría solo ante Escandell para convertir el segundo tanto amarillo. Lo seguiría intentando el Oviedo, pero el equipo de Paco López supo controlar el partido y llevarlo a su terreno para certificar la primera victoria cadista en el Nuevo Mirandilla.
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