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El Real Oviedo estuvo a un minuto de sellar la primera derrota de Beñat San José como técnico del Eibar... pero con Bautista cumpliendo sanción en la grada, Jonmi Magunagotia decidió tirar de épica y poner las tablas en el marcador en la última jugada del partido. Un punto que sirve de poco para el Eibar, que se queda sin opciones de meterse en los playoffs, pero que fue celebrado por todo lo alto por la afición eibarresa. Al Oviedo se le escaparon dos puntos que pueden ser claves en la pelea por el ascenso, aunque, a decir verdad, tampoco había hecho méritos para ganar.
No fue un mal partido de los de San José. De hecho, durante una hora tuvieron controlado el choque. Sin demasiados alardes ofensivos, eso sí, pero generando las pocas ocasiones en un partido en el que Orellana Cid puso el listón de las tarjetas demasiado bajo. Hasta 11 cartulinas sacó pese a no haber tanta fricción como pueda parecer atendiendo a las estadísticas.
Los dos equipos tenían el mismo plan de partido. Presionar alto, progresar a través del pase y encontrar los espacios en estático. El Eibar ejecutó mejor su plan en el primer tiempo, pero volvió a faltarle claridad en el último tercio. La ocasión más clara del primer tiempo fue en un remate con la zurda de Sergio Álvarez tras una dejada de Corpas que se marchó fuera por poco.
No hubo noticias del Oviedo en ataque. Arambarri y Nolaskoain tuvieron atado a Alemao, Hassan no pudo hacer de las suyas en banda derecha y el Eibar no sufrió ante la superioridad numérica que tenían los asturianos por dentro con las apariciones de Paulino.
La tónica fue idéntica en el inicio del segundo tiempo. De hecho, el Eibar pudo abrir la lata en un pase de la muerte de Javi Martínez que Puertas desperdició rematando a las manos de Aarón Escandell. Con el paso de los minutos, los hombres de Paunovic fueron ganando terreno y el Eibar fue perdiendo control. Ya no salía con tanta facilidad y tampoco era capaz de robar en campo rival.
Sin Bautista, Jonmi hizo de '9'
Alemao, que durante todo el partido había pasado inadvertido, dio señales de vida con un remate al poste. El brasileño sólo avisa una vez. La segunda va para dentro. Una pérdida del Eibar en el centro del campo acabó con un balón al segundo palo que el ariete bajó de cabeza antes de elevar el balón sobre el portero para poner el 0-1.
San José metió toda la carne en el asador, pero el Eibar no terminaba de encontrar una situación clara. A veces porque fallaba el último pase y otras veces por el poderío de los asturianos en su defensa de área. Todo parecía encaminado a que el míster cosechase su primera derrota como técnico del Eibar, pero entonces apareció Iván Gil para poner un caramelo dentro del área y la cabeza de Jonmi para desatar la locura en Ipurua.
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