El entrenador del Valencia, Carlos Corberán, y el director general, Javier Solís, vuelven de Singapur tras encontrarse con Peter Lim, principal accionista del Valencia, y reunirse con Kiat Lim, presidente del club. Al encuentro, promovido por el magnate singapurense para conocer al 'entrenador milagro', no asistió el director deportivo, Miguel Corona, que había adelantado varias negociaciones con futbolistas de la Liga que terminan contrato, como Neyou, Javi Muñoz o Dani Raba.
El entrenador del Valencia debería regresar del largo desplazamiento con información clave para la planificación deportiva y que hace una semana confesó que ignoraba: “Dependiendo del presupuesto haremos la plantilla, más competitiva posible”, indicó en la previa del encuentro ante el Betis. Después, insistió. “Desconozco el presupuesto. No soy yo el que lo fija”. A Corberán, que acostumbra a medir cada palabra con precisión, no se le escapó ninguna frase que se pudiera interpretar como una exigencia al gran jefe de Singapur, como había sucedido una semana antes, en Mestalla, tras la derrota frente al Athletic: “Los proyectos deportivos van acompañados de proyectos económicos”, dijo tras confirmarse que el equipo ya no tenía opciones matemáticas de pelear por la octava plaza.
Corberán espera hechos
Ahora ya solo queda que los Lim se manifiesten por la vía de los hechos. De las tres últimas temporadas, el equipo ha peleado en dos por no descender, tras ordenar que el equipo fuera capaz de gestionarse con sus propios recursos adelgazando el coste de plantilla año tras año.
La ejecutiva local del club que ha quedado en Valencia no ha tenido excesiva información sobre los planes de futuro del nuevo presidente Kiat Lim –nombrado el 5 de marzo-. Hay pendiente la firma de un crédito monstruoso con Goldman Sachs, que servirá para financiar las obras del nuevo estadio. El presupuesto de ingresos del Valencia son habas contadas: televisión, más abonados y venta de entradas, más patrocinios y marketing –que está sacando acuerdos comerciales debajo de las piedras-. Por eso se ha ido reduciendo el coste de plantilla.
El riesgo de descenso y el aire nuevo que ha traído Corberán, apuntan los más optimistas, podría provocar que Peter Lim abra un poco la mano. Pero nadie se atreve a afirmarlo. Sí que parece más lógico que el técnico gane más peso en las decisiones deportivas.
Miguel Corona, que se quedó en tierra y evitó dejarse ver en exceso en la despedida de Jaume -llegó cuando acababa de empezar y se fue a lo Simeone un segundo después de que terminara-, aún no tiene información sobre los nuevos tiempos en el club, si es que son nuevos. Sí se dejó ver en Ponferrada, donde el juvenil del Valencia alcanzó la final de la Copa de Campeones. Como ha venido demostrando desde que llegó al club en 2020, de momento, está dispuesto a asumir el rol que se le asigne.
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