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Un gol de penalti en el minuto 7 fue suficiente.El Barcelona superó al AZ Alkmaar en las semifinales de la UEFA Youth League por 0-1 gracias a Juan Hernández, que provocó y convirtió la pena máxima. El AZ tuvo un buen arranque en la segunda mitad, pero no fue suficiente para forzar el empate. El rival de los azulgranas en la final será el sorprendente Trabzonspor, primer equipo de Turquía en alcanzar esta ronda y que consiguió en cuartos el récord de asistencia a un partido de Youth League (40.368 espectadores).
Los culés querían entrar en la final para pelear por la tercera UEFA Youth League de su historia; el AZ Alkmaar, por su parte, pretendía prolongar su racha de 24 partidos europeos sin perder en el tiempo reglamentario. Se enfrentaban dos titanes del fútbol juvenil, pero el que se impuso fue el que ya tiene dos entorchados de esta competición en su palmarés.
Una primera parte de dominio
El Barcelona encontró la suerte del gol nada más empezar el partido. Los de Juliano Belletti estaban dominando la posesión, pero el tanto llegó gracias a un penalti. Lo provocó Juan Hernández y él mismo, sin arrugarse en absoluto ante Zeggen, se encargó de convertirlo. Después de eso, los azulgrana durmieron el partido. Con todo el juego pasando por las botas de Quim Junyent, un centrocampista de visión privilegiada, el Barça anestesió cualquier conato de reacción del AZ. No obstante, los culés tampoco pudieron ampliar su ventaja.
Los neerlandeses, a pesar de todo, no son de los que se dejan intimidar. El AZ, poco a poco, fue encontrándose mejor sobre el césped. Cuando los de Michael van Zijtved dejaron de precipitarse, tuvieron ocasiones para empatar. La más clara fue al filo del descanso, cuando Boogaard remató un córner en el segundo palo cruzando la pelota. Landry tuvo que realizar una intervención providencial bajo palos, porque su guardameta ya estaba superado. Una acción para que el Barcelona espabilara, porque un gol de ventaja es una renta demasiado corta.
Una segunda parte de resistencia
Tras el paso por vestuarios, la reacción del AZ no se hizo esperar. La charla de Michael van Zijtved surtió efecto inmediato, y el equipo que saltó al campo en la segunda mitad se parecía mucho más al AZ de las rondas anteriores de esta competición que al de la primera parte. Smits y Oerip tuvieron sendas ocasiones para empatar, pero Yaakobishvili primero y la falta de puntería después lo evitaron. Sin embargo, ese primer arreón de los neerlandeses se vio truncado por la desafortunada lesión de Diarra, que se tuvo que marchar en camilla. El partido estuvo detenido unos minutos y, después, el Barcelona volvió a encontrarse algo más cómodo.
El resto del tiempo, calma tensa. Ya fuera porque no quiso o porque no pudo, el Barcelona no impuso su dominio a través del control de la pelota en el tramo final del partido. Los de Juliano Belletti evitaron la mayor parte de las ocasiones del AZ antes de que llegaran a Yaakobishvili, pero tampoco crearon muchas más. Afortunadamente para los culés, entre cambios, lesiones e interrupciones, los neerlandeses no cogieron el ritmo necesario para intentar la remontada. Al final, 0-1 y a pensar en la gran final del lunes... y en el revolucionario Trabzonspor.
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