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Judith Rodríguez: "Podía haber perdido la vida y sólo perdí una pierna"

La tiradora de florete y esgrima, bronce en los Juegos Paralímpicos de París y doble bronce europeo este mismo año, visita el plató de MARCA la Diferencia

Judith Rodríguez posa con el florete y la medalla de bronce paralímpica en MARCA.
Judith Rodríguez posa con el florete y la medalla de bronce paralímpica en MARCA.ÁNGEL RIVERO
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El encaje de la prótesis de su pierna derecha está lleno de calaveras porque a Judith Rodríguez siempre le apasionaron las películas de piratas.Peter Pan era su favorita de niña, por eso cuando su madre le sugirió probar la esgrima con 8 años ni se lo pensó. Antes había practicado patinaje y gimnasia rítmica, “los mal llamados deportes de niñas”, como ella misma dice en el plató de MARCA la Diferencia. Pero no le gustaban. La viguesa es de las que necesita acción por eso no jugaba a ser una princesa, siempre prefirió las aventuras. Si su historia fuese un cuento infantil no sería la dama en apuros que espera a ser rescatada, probablemente sería la superheroína salvadora con su espada o florete porque hoy en día se desenvuelve igual de bien con las dos armas. Su doblete de bronce en la Copa del Mundo de Pisa hace unos días así lo corrobora.

Desde que probó la esgrima por primera vez con el maestro Manuel Mariño en el club 'El Olivo' de Vigo, sintió un flechazo que dura hasta hoy. Pero también le apasionaba el fútbol. Estaba deseando que llegase el recreo para jugar. Todos los niños querían que fuese en su equipo. “Y por las tardes estaba siempre en casa con el balón. A veces mi madre me ponía el vestido y yo me lo quitaba, me ponía la equipación de fútbol y me iba al jardín a jugar con la pelota”, desvela entre risas.

Con 13 años hizo una prueba para el equipo femenino del Coruxo y marcó un gol por toda la escuadra. Hablaron con Manuel, su padre, para ficharla pero cuando Judith tuvo que elegir lo tuvo claro: ganó el florete. “La esgrima es un deporte que tiene de todo: es muy mental, muy físico, de rapidez...”, dice sonriendo. “Me encanta”, añade.

En el primer Campeonato de España cadete que gané llevaba debajo la camiseta del Sporting de Gijón

Judith Rodríguez, bronce paralímpico en esgrima en París 2024

Pero aunque se decantó por este deporte mantiene a día de hoy su pasión por el fútbol. Pese a ser de Vigo y su padre aficionado del Celta, en casa ganó la partida su madre. Ella era de Gijón y le inculcó a Judith su amor por el Sporting. Desde niña tenía las equipaciones, los cromos... “En el primer Campeonato de España cadete que gané llevaba debajo la camiseta del Sporting”, confiesa. Y más de una vez la lució luego en el podio.

Judith Rodríguez posa para MARCA.
Judith Rodríguez posa para MARCA.ANGEL RIVERO

Empezó a destacar con el florete y compitió en Mundiales y Europeos junior. Después en Copas del Mundo con la selección absoluta. “Cuando era pequeña y veía los Juegos por la tele pensaba que ojalá pudiese ir en esgrima algún día, pero no imaginaba que mi vida iba a cambiar tan rápido y llegaría a unos Juegos Paralímpicos”, confiesa sonriente.

El accidente que lo cambió todo

Y cambió el 10 de junio de 2018, cuando tenía 22 años y regresaba en coche junto a su padre y una compañera de un campeonato en Boadilla del Monte (Madrid). Habían quedado subcampeonas por equipos. “Me quedé dormida y cuando abrí los ojos ya estábamos dando vueltas con el coche. Pensaba que me iba a morir porque vomité sangre y pensé que me había reventado por dentro. Intenté salir del coche y al ir a cogerme la pierna derecha con las manos vi que no podía mover el brazo derecho, tenía salido el hueso del codo”, explica. 

Me quedé dormida y cuando abrí los ojos ya estábamos dando vueltas con el coche, pensaba que me iba a morir

Judith Rodríguez, bronce paralímpico en esgrima en París 2024

Dos policías fuera de servicio pararon su coche y le hicieron un torniquete en la pierna derecha con el cinturón del coche y la llave de cambiar las ruedas. “Estuve consciente todo el rato hasta que llegó el helicóptero. Cuando sobreviví hubo una parte de mí que lo llevó bien, entre comillas, porque podía haber perdido la vida y perdí una pierna, en comparación…¿Dónde hay que firmar? Pero es verdad que mi vida estaba encaminada a la esgrima y en ese momento pensé: ‘¿Ahora qué? ¿Por dónde empiezo? ¿Qué hago? Estaba muy perdida”, reconoce.

Nunca había tenido o con el mundo de la discapacidad y al principio sólo pensaba en todas aquellas cosas que no podría hacer. “Por ejemplo bailar. Cuando salía por la noche con mis amigos no bailaba mucho porque hacía un poco ridículo pero tras el accidente lo echaba de menos. O pensaba que no iba a poder conducir tal coche. No puedo hacer esto. No puedo hacer aquello. No puedo irme a correr si quiero, no puedo, no puedo, no puedo...”, repite sin parar.

Judith Rodríguez en su combate de octavos de final de espada en el Gran Palais de París.
Judith Rodríguez en su combate de octavos de final de espada en el Gran Palais de París.Paulino Oribe / E

Hasta que un día cambió el chip. “Sentí que estaba tirando a la basura el tiempo que perdía en pensar en las cosas que no podía hacer. Y empecé a pensar en lo que sí podía. Por suerte, entre ellas estaba la esgrima. Al principio no quería ni oír hablar de la esgrima en silla pero al final decidí probar. Fue ponerme la careta, escuchar ‘En guardia’ y sentirme de nuevo yo”, rememora.

Sentí que estaba tirando a la basura el tiempo que perdía en pensar en las cosas que no podía hacer y empecé a pensar en lo que sí podía

Judith Rodríguez, bronce paralímpico en esgrima en París 2024

Una carrera meteórica

No tardó en despuntar. En su primera Copa del Mundo en 2022, en Sao Paulo, fue oro. A partir de ahí hubo quien ya incluso la colocaba en los siguientes Juegos Paralímpicos. “La gente no sabe lo difícil que es clasificarse y empecé anotar presión porque si no conseguía medalla parecía que era un fracaso”, confiesa. Después llegarían más metales y tres bronces europeos, dos de ellos este mismo año. La presión para la clasificación para los Juegos iba a más y empezó a trabajar con su psicólogo Javier. La presión no dejaba que mi esgrima saliera. Era como que tenía miedo de no llegar a los puntos necesarios”, explica. Y acabó lográndolo.

Y en el imponente Grand Palais de París sacó lo mejor de ella y de su esgrima para subir al podio y colgarse un bronce en florete que devolvía a la esgrima nacional al medallero paralímpico 24 años después. “Para mí estar en los Juegos fue como estar en un parque de atracciones. Y ver el pabellón lleno con la esgrima en silla, acostumbrada a que estén casi vacíos, y tener a mis familiares allí...”, dice mientras todavía se le ilumina la sonrisa al revivirlo. 

Judith Rodríguez celebra su bronce en florete en los Juegos Paralímpicos de París.
Judith Rodríguez celebra su bronce en florete en los Juegos Paralímpicos de París.E

Aquella medalla tenía una dedicatoria muy especial, era para su madre, que falleció cuando Judith tenía 19 años.“Me hubiera gustado que me viera, no por la medalla sino porque lo di todo y eso era algo que siempre nos decía, que diésemos lo máximo siempre. Para mí lo mejor de este bronce es poder compartirlo con la gente que quiero. Sólo por ver sus caras y que se alegran tanto por ti... Eso es lo mejor de esta medalla”, dice convencida.

La presión no dejaba que mi esgrima saliera

Judith Rodríguez, bronce paralímpico en esgrima en París 2024

Para el recuerdo también queda el haber sido la abanderada española de la clausura junto al nadador Miguel Luque. “Fue un orgullo poder representar el trabajo de todo el equipo paralímpico español”, asegura.

Desde entonces sólo ha habido la Copa del Mundo de Pisa, donde fue bronce en ambas armas y acaba el año como número 3 del mundo en las dos. En febrero irá a la Copa del Mundo de Brasil y tiene claro el objetivo para 2025: “Subir puestos en el ranking e intentar mejorar el quinto puesto en el próximo Mundial”. Es la única medalla que le falta, ya tiene en Juegos, Europeos y Copas del mundo.

Me hubiese encantado ser entrenadora de animales, no descarto en el futuro poder formarme para entrenar perros de asistencia

Judith Rodríguez, bronce paralímpico en esgrima en París 2024

Además de la esgrima, del fútbol y de las galletas de su abuela Pilar, otra de sus pasiones son los animales y no descarta en un futuro trabajar con ellos, especialmente con los perros. Siempre trae alguna “chuche” para su ahijado Kendal de cada uno de sus viajes. Ya es una tradición. “Me hubiese encantado ser entrenadora de animales. De hecho, no descarto en el futuro poder formarme para entrenar perros de asistencia”, desvela una Judith que confiesa que para ella los videojuegos "son un vicio".

Dicen de ella que es una crack jugando al FIFA. Muchas veces lo hace online con su hermano Piero cuando ella está de viaje. También le gustan el de Pokémon, Assassin’s Creed y el Fortnite. “Me ayudan a liberar la mente”, reconoce.

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