- Fórmula 1 Horario de la carrera F1 del GP de Azerbaiyán
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Más allá de la pole de Leclerc y el error de Norris, la imagen del día fue sin duda la de Alex Albon saliendo a la Q3 con el enfriador del motor puesto. Un trasto aparatoso, con hielo seco dentro de un ventilador que se encaja en la entrada de aire superior. Pero las prisas por salir antes del Ferrari a la última tanda provocaron que el anglotailandés saltase a pista con el apósito colocado, tuviera que pararse al salir del pit lane y tuviese que quitarlo él por sus propios medios ya que los comisarios no pueden tocarle el coche bajo sanción.
El caso es que discutió algo con ellos por si podían o no ayudarle ya que no es parte del coche técnicamente hablando pero ante la duda..., "hay una reglamentación que dice que los comisarios no pueden tocar el coche, pero no estoy seguro de si se puede tocar un ventilador fuera del coche. ¿Cuál es la reglamentación al respecto? Creo que, sobre el papel, está bien. Un ventilador arrancado es legal, ¿por qué no?", decía Albon que daba como bueno ese décimo: "Mejor que te pase en la Q3 que en la Q2 la verdad, no pasa nada, un error por correr tras Ferrari, que aquí es mejor rebufo que en Monza, bueno, esperamos no repetirlo", decía. Tardó antes de tirarlo todo por la borda, y eso le costó entrar en tiempo para un 'run' definitivo, por apenas tres segundos. Además se llevó 5.000 euros de multa.
El caso es que Albon es el último en engrosar el selecto grupo de pilotos que se llevan puesto algo que no debería estar ahí, con un artista principal, Felipe Massa y aquella maldita manguera en Singapur 2008.Aún colea el asunto ya que aquél precipitado 'pit stop' vino del accidente provocado por Nelson Piquet y que obligó a entrar precipitadamente a todos, incluyendo a un Massa que iba lider, en plena lucha por el título con Hamilton, pero las dichosas prisas le hicieron salir arrancando la manguera en aquella era aún con repostajes, detenerse en el pit lane y perder unos valiosos puntos al finalizar 13º con Hamilton en el podio.
El precedente de la manguera de Massa lo tuvo en Christijan Albers, que calcó un año antes el movimiento en el GP de Francia. El holandés fue prolífico en situaciones raras esa temporada ya que en el debut en Australia se salió de la pista cuando se le salió de la oreja el receptor de radio del equipo, enredándose en el cinturón de seguridad. Distraído mientras miraba a ver dónde estaba, frenó 30 metros más tarde en una curva y acabó en la grava.
Aunque para sustos, el del Olvier Panis en 2004. El extintor que llevan los monoplazas explotó en plena carrera, en la vuelta 17 y él mismo explicó lo que ocurrió: "El espray estaba a todas partes, en el volante y en mi visera, lo que significaba que no podía ver nada y terminé en la grava", afirmó el galo de Toyota.
Inesperado fue también para Johhnie Herbert intentar pisar el acelerador y no poder hasta que se salió de pista en el GP de Italia 1998. Un mecánico se había dejado una llave inglesa dentro de la cabina, empezó a bailotear con el traqueteo del monoplaza hasta que se encajó donde no debía.
Aunque quizás el más conocido es Bahréin 2010, cuando la F1 mostró que la nueva era de las comunicaciones había llegado para quedarse, con el pobre Robert Kubica notando que un teléfono móvil había quedado suelto en la cabina de su Renault durante la tercera sesión de entrenamientos libres.
Kubica : "Hay un teléfono en mi cockpit. Alguien ha olvidado un teléfono en mi cokpit. ¿Qué hago? Lo tiro o vuelvo al box".
Ingeniero : "OK, Robert. Vuelve al box ahora".
Kubica : "Voy a pasar al lado del box y os lo tiro, ¿de acuerdo?". Y eso hizo, con vídeo que lo atestigua.
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