El caso es que parece que siempre nos sabe mal lo que van a cobrar los futbolistas. Se habla de quince millones netos por temporada, más otros diez por la renovación y una extensión de seis años que permitan un plan de acción a largo plazo. Es mucho dinero, no cabe duda. Traerá también mucho dinero, tampoco cabe duda.
Y es en esos momentos cuando me acuerdo de eso que dice habitualmente Roberto Gómez: “¿lo vas a pagar tú?”. En realidad tanto en el Barça como el Madrid los socios abonados son los últimos paganinis de esta fiesta, pero dado que la mayor parte de nuestros clubes son sociedades anónimas no acabo de entender muy bien el por qué interesa tanto el parné de los futbolistas, especialmente el contrato de esta clase de jugadores que son el menor de los problemas en las apretadas economías del fútbol profesional.
Lamine, con el diez a la espalda, será la mejor palanca. Mejor una veintena de kilos para él que no la mitad para otros.
Comentarios