El sumergible Titan, de la compañía OceanGate Expeditions, implosionó el pasado 22 de junio y sus cinco pasajeros murieron, según informaron los responsables de la expedición. Varios días y muchas lágrimas después, Christine, la esposa y madre de dos de los fallecidos, Shahzada Dawood, de 58 años, y su hijo Suleman, de 19, explica, tal como ha informado el Daily Mail, cómo fueron las últimas horas del fatal desenlace.
Christine ha relatado que los pasajeros se pasaron este agónico y definitivo momento escuchando su música favorita y totalmente a oscuras. Los responsables de la expedición instaron a sus clientes a llevar a bordo sus canciones preferidas en el teléfono para escucharlas en el fondo del mar gracias a la transmisión por bluetooth. Curiosamente, la música country estaba prohibida por el CEO de OceanGate, Stockton Rush.
Totalmente a oscuras
Las últimas horas del Titan se vivieron completamente sin luz. La explicación a esto es la intención de OceanGate de ahorrar energía durante el descenso hacia el Titanic. En este sentido, lo más probable es que durante su trayecto vieran criaturas luminiscentes. El Daily Mail ha precisado que todo apunta a que los cinco pasajeros del sumergible no fueran conscientes del desastre y que murieran de forma instantánea.
Christine Dawood ha confesado que su marido estaba muy emocionado con la idea. De hecho, su motivación era tal que convenció a su esposa para realizar el descenso con ella, aunque finalmente no pudo debido a la pandemia del coronavirus. Más tarde su hijo, Suleman, la reemplazó en el sumergible. Su madre ha desvelado que Suleman incluso llevó un cubo de Rubik porque tenía la intención de completarlo bajo el agua, batiendo un récord del mundo.
La dieta y la ropa obligatorios para los pasajeros del Titan
La expedición acudió a varias charlas antes del descenso. De todos modos, más allá de las cuestiones científicas más complejas, los pasajeros recibieron dos consejos más mundanos de cara a lo que pretendía ser una aventura para recordar: estaban obligados a someterse a una dieta baja en residuos y tampoco podían beber café en las 24 horas previas al inicio del descenso hacia el Titanic.
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