El pasado jueves, 8 de agosto, España pudo asistir a la investidura del nuevo president Salvador Illa, el cual contó con los apoyos suficientes para poder ostentar dicho cargo. Sin embargo, el protagonista del día no fue él, fue Carles Puigdemont. Este acudió a Cataluña pese a la orden de detención que existe sobre él.
El expresidente de la Generalitat consiguió entrar a Barcelona sin que nadie pudiera detectarlo, dar un discurso delante de sus fieles y con una gran expectación y abandonar la ciudad condal e incluso el país sin ser interceptado por las autoridades policiales. Esto puso a los Mossos d'Esquadra en el centro de la polémica, ya que se suponía que eran los responsables de la operación de detener al expresident fugado durante siete años de la justicia.
Y esa es la información que ha trascendido a la opinión pública. Sin embargo, el juez instructor del procés, Pablo Llarena, se enfureció al saber que la operación de detener a Puigdemont no fue fructífera, por lo que decidió señalar también al Gobierno como responsable de lo sucedido, y no solo a los Mossos.
Las dos providencias del juez Llarena que indica la responsabilidad del Ministerio del Interior
Para esto, el juez pidió el pasado viernes, 9 de agosto, dos providencias, una a los Mossos y otra al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para esclarecer “los elementos que determinaron su fracaso desde un aspecto técnico policial” sobre la detención del expresident.
Llarena señaló a la Policía Nacional como una de las responsables, ya que pidió información de “las órdenes que fueron cursadas para su detención en fronteras y eventual detención después de su fuga”, ya que el control de las fronteras corresponde a este cuerpo policial, y a su vez, depende del Ministerio del Interior.
Sin embargo, según informaciones de El Mundo, la misión de los cuerpos de Guardia Civil y Policía Nacional era la de: oír, ver y que no se les note. Un agente de los Mossos que estuvo presente en el operativo resumió la función de estas autoridades así: “La Policía Nacional está en Cataluña con orden de que no se la vea. Patético todo”.
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