Si hay un escritor cuyas opiniones provocan tanto debate en redes sociales, ese es Arturo Pérez-Reverte. Estos días, aprovechando las habituales disputas por los pensamientos opuestos y las controversias entre quienes defienden ideales diferentes, ha aprovechado para publicar un tuit donde muestra su respuesta a una cuestión que plantea si usa o no sus novelas para dar lecciones.
Lo cierto es que el argumento esgrimido por el escritor es, como suele ser habitual, motivo de un nuevo debate. “Vivimos en un tiempo en el que se exige que uno tome una posición, que se sitúe en una línea, bien o mal, a favor o en contra, y la vida no es eso”, comienza Pérez-Reverte, en una captura en cuyo tuit dice: “Pues eso. Que sí. La fértil incertidumbre”.
Pérez-Reverte, feliz por no tener siempre la razón
El novelista defiende que, a día de hoy, posee “menos certezas” que cuando era joven y celebra, de hecho, que el mundo sea “un lugar ambiguo”, en el que todo es relativo y lo que para unos está bien o mal, puede ser diferente para otras personas. “Pensar así es mucho más fértil”, sostiene.
No seguir esta forma de actuar, para el escritor, puede dar pie a caer en el fanatismo. “Y el fanatismo significa la Inquisición, y luego el exterminio del adversario. No me gusta el camino al que llevan las certezas y las fes con mayúsculas. En ese sentido, la ambigüedad es saludable”, añade.
Por último, Pérez-Reverte afirma que es “ecuánime”, que no “equidistante” y acepta siempre que otros pueden tener la razón y no él. “Creo que es saludable: reconocer virtudes en el adversario y defectos en el bando propio”, manifiesta, dejando claro que eso “ocurre muy poco hoy en día”. “Soy un novelista orgulloso de sus incertidumbres”, zanja.
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