Una mañana cualquiera puede sacudir toda tu vida. Macarena Puchades vio cómo la muerte la miró de frente cuando hace apenas unos días sufrió unos mareos, cuyo origen era del todo incierto. No había tenido problemas médicos similares en toda su vida, así que decidió acudir al médico de forma urgente para encontrar una solución.
“El día 12 de mayo, me levanté como otro día cualquiera, me fui de compras y empecé a marear. Cuando llegué a la farmacia donde trabajo, me seguía mareando muchísimo y mis compañeros y jefes me dijeron que me fuera”, comienza explicando la creadora de contenido.
Un primer diagnóstico tranquilizó la situación de forma errónea, pues apenas unas horas después tuvo que volver a visitar el hospital: “Me encontraba muy mal y decidí ir a urgencias y allí me hicieron todo tipo de pruebas. En principio, el otorrino me dijo que me fuera a mi casa porque parecía que el problema era de los lumbares. Me fui y tuve que volver a urgencias porque, de repente, dejé de sentir uno de mis brazos. Me ingresaron y me hicieron un TAC cuyos resultados llegaron a mi móvil. Y, al abrirlo, por desgracia, vi un informe que me cambió la vida”.
Siete horas de vida por delante y una operación para salvar la vida de Macarena Puchades
Ese informe sólo era el primer paso para afrontar unas horas fundamentales en su vida. “Me detectaron un cavernoma en el cerebro, es decir, un derrame cerebral y el médico me dijo que, literalmente, me estaba muriendo”. En un principio, la operación era inviable, pero cuando dejó de sentir la pierna y los médicos le dieron siete horas de vida, la decisión de ir al quirófano era la única posible.
“La operación duró 12 horas y, milagrosamente, al día siguiente, desperté. Tenía un 5% de posibilidades de superar la intervención y he sobrevivido”, sentencia Puchades visiblemente emocionada. Además, ha asegurado que todas las secuelas son “recuperables” con la rehabilitación adecuada.
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