Y es que la cita, que empezó mal, no mejoró durante la noche. Una de las cuestiones que más polémica generó es que el soltero quiere una mujer que "tenga dudas sobre si la tierra es plana". "Porque lo mejor que tienen los terraplanistas es que pueden probarlo, cosa que los heliocéntricos no lo pueden probar", decía él.
Pero, además de terraplanista, ama la música: "La música es mi amante. Yo todos los días ensayo y grabo en mi casa. Tengo una mesa de mezclas y muchos micrófonos", y es un romántico: “No lo puedo remediar. No me gusta eso de los ligues de un día. No me va. Prefiero conocer a la persona y si es interesante intentarlo".
La cita se convirtió en un debate geopolítico
La cena no iba por buen camino, solo hablaban de temas que le interesaban a él, incluso llegaron a debatir sobre geopolítica: "No es el momento de decirte ciertas cosas que sé porque me gusta la geopolítica, investigo mucho… Pero no es el momento ni el lugar para decirte cosas que no debo decir. Es que son cosas delicadas".
Esto dejó a Inmaculada muda: "Ha empezado a hablarme de las guerras y de que esto va a cambiar. No sabía de qué iba el asunto". Su decisión era clara, no a un segundo encuentro, aunque Juan Antonio sí quería una segunda cita: "Como amigos y si quieres venir a La Línea será un placer".
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