El Madrid apenas encontró oposición ante un Fuenlabrada lastrado por la baja de Popovic, a día de hoy medio equipo, y sumó uno de los triunfos más plácidos de la temporada. En una temporada tan exigente para los blancos, plagada de ochomiles una semana sí y otra también, el conjunto fuenlabreño fue como una etapa de descanso en la que Doncic, muy superior a sus pares, aprovechó para lucirse y mostrar todo su potencial tras unos partidos algo grises.
Apenas necesitó tres minutos el Madrid para sentar las bases del triunfo (8-0). El Fuenlabrada, atolondrado en ataque y desbordado en defensa, se fue a la lona con el primer golpe. Llull y Maciulis lideraron la escapada inicial (23-12, mn 10) ante un rival laxo en defensa y que salió tullido del intercambio de golpes. A esas alturas acumulaba ocho pérdidas y sólo Rupnik y Rey le dieron algo de oxígeno.
Tan fácil lo vio Laso que jugó los últimos dos minutos del primer cuarto sin un base puro en cancha. Rudy, un privilegiado para descifrar el juego, ejerció provisionalmente de director de operaciones hasta que Doncic regresó a la cancha en el segundo acto. El niño maravilla desplegó entonces todo su repertorio -tiro, penetraciones, pases, penetraciones y contraataques- para liderar el arreón definitivo del Madrid, propulsado con ocho puntos de Carroll y picotazos de Hunter y Randolph (41-25, min 18).
Un '2+1' de Doncic, incontenible toda la mañana, dejaba el partido sentenciado poco antes del descanso (47-28, min 19). Para entonces el niño prodigio acumulaba ya, él solito, más valoración (19) que todo el Fuenlabrada. La segunda parte fue un entrenamiento con público que sirvió para que Doncic juguetease a su antojo con un Fuenlabrada al que sólo reanimaron momentáneamente los triples de Llorca y Wear.
Los blancos llegaron a disponer de 22 puntos de ventaja (80-58, min 33) y se relajaron. El partido agonizó con un correcalles para que el Fuenlabrada, de la mano de un corajudo Xavi Rey, maquillase el marcador en un día en el que Doncic, a sus 17 años, se convirtió en el jugador más joven de la historia de la Liga ACB en firmar un 'doble-doble' (23+11 y 34 de valoración). Un récord más para su fulgurante historial, y seguro que no será el último.