Dinamarca no es de este mundo

Invicta en un Mundial desde el 22 de enero de 2017, cuando fue eliminada en octavos de final de esta edición ante Hungría. Desde entonces, Dinamarca arrasa en este campeonato, acumulando 37 partidos invicta. Unas cifras -apuntadas por esa enciclopedia danesa llamada Rasmus Boysen- que han llevado a esta selección a lograr cuatro títulos consecutivos, algo sin precedentes en el balonmano.

Pero la manera de conseguirlo, al ceder solo dos empates desde su última derrota, le consolidan como uno de los mejores equipos de este deporte, a la altura de las más grandes, como la Rumanía de la década de los 60 y 70, la Yugoslavia de los 80, la Rusia de principios de los 90, y los ‘Bengan Boys’ de Suecia o ‘Les Experts’ de Francia en la historia más reciente.

Un trabajo a conciencia con la base, junto a la coexistencia en la selección absoluta de varias generaciones brillantes y la aparición de estrellas como Mikkel Hansen, Niklas Landin, Mathias Gidsel y Emil Nielsen, han convertido a este pequeño país en una potencia balonmanística en el siglo XXI. Y es que Dinamarca solo contaba con una medalla antes, la obtenida en el Mundial de 1967. Desde 2002 lleva la friolera de 18 metales, ocho de ellos de oro, entre Mundiales, Europeos y Juegos Olímpicos.

Veni, Vidi, Vici ‘vikingo’

El triunfo en el reciente campeonato del Mundo ofreció, otra vez, la mejor versión del combinado danés, con una sintonía especial cuando juega este torneo. De principio a fin demostró una pasmosa superioridad respecto a todos sus rivales. Una máquina perfectamente engrasada, que pisa el acelerador o el freno a su antojo según demande el guion del partido. Los números hablan por sí solos, ya que el combinado danés terminó el torneo con una media de 12,5 goles de diferencia a su favor en sus nueve triunfos hasta el oro. Solo Chequia y Croacia en la final perdieron por menos de diez tantos (ambos de seis).

Pero no todo son nombres. Un estilo de juego mecanizado, con la velocidad y la intensidad como señas de identidad, acaba desnivelando los encuentros, muchos en los inicios de las segundas partes. Los rivales, impotentes al no poder aguantar un fuerte ritmo incesantemente durante los sesenta minutos, terminan superados.

Sin debilidades

¿Y cuáles son los puntos débiles de Dinamarca? Pocos, por no decir ninguno. Bajo palos tienen, a día de hoy, al número uno, Emil Nielsen, elegido mejor portero del Mundial con unos números escandalosos: 42,5% de efectividad. Su defensa, la cuarta mejor del torneo, con una media de 24 goles encajados por encuentro. Y su ataque, el mejor del campeonato gracias a los 330 tantos anotados, a 36 por partido.

Un férreo sistema defensivo, normalmente en 6:0 con uno de los mejores especialistas como Saugstrup; unos laterales que defienden como últimos para poder iniciar los contraataques; y unos extremos que te permiten jugar como ‘doses’ en la zaga. Además, es un equipo que castiga corriendo sin parar cada imprecisión del rival, algo que hacen como ningún otro.

Si a todo esto, le añadimos un ataque posicional liderado por el mejor del mundo, Mathias Gidsel, elegido ‘MVP’ y máximo goleador (74 tantos) otra vez en un campeonato, su potencial es superlativo, sobre todo en una primera línea de ensueño. Con sólo 25 años marca diferencias desde hace tiempo con una calidad superlativa. Da igual que actúe como lateral derecho o como central. Es una pesadilla para los rivales, incapaces de pararle en carrera, todo un puñal gracias a sus fintas y cambios de dirección a la hora de penetrar, con un dominio del ciclo de pasos y el bote. Además, tiene un lanzamiento exterior demoledor, incluso en caída, e infinitos recursos a la hora de finalizar, sin olvidar su privilegiada visión de juego. Y todo esto, sin casi descanso durante todo el partido. Un 'jugador total' que está llamado a escribir su nombre en este deporte. 

Antes de empezar el torneo, nos sentamos en grupo e intentamos averiguar cómo ser cada vez mejores, aunque sabemos que quizás seamos el mejor equipo

Mathias Gidsel, una de las estrellas de la seleccion danesa

"Antes de empezar el torneo, nos sentamos en grupo e intentamos averiguar cómo ser cada vez mejores, aunque sabemos que quizás seamos el mejor equipo, donde tengo muchas responsabilidades. Por supuesto, también estoy asumiendo mis riesgos, pero es muy fácil ser parte de este grupo", señalaba Gidsel para la Federación Internacional antes de la final del Mundial.

Dos equipazos en uno

Sin embargo, lo más frustrante es que no se le ve ni una costura al equipo dirigido por Nikolaj Jacobsen, que ha hecho historia desde su llegada al banquillo danés en 2017. No piensen que solo es Gidsel. Su estrella está acompañada en tareas ofensivas por toda una galaxia. Aunque ya no estén los Landin o Hansen, mantiene un elenco incomparable de jugadores, capaz de reunir a dos ‘sietes’ de primer nivel. Rasmus Lauge, Pytlick, Jacobsen, Kirkelokke, Arnoldsen, Andersson, Hoxer, Mensah Larsen, Jorgensen o Madsen auguran un reinado mundial de Dinamarca.