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Despertarse en mitad de la noche con sudores fríos, un ataque de nervios o un susto en el cuerpo es algo que todos hemos sufrido alguna vez. Evidentemente, esta situación no es plato de buen gusto para nadie pero, aún menos, para quienes lo sufren de manera recurrente. Quizá aún no hayas encontrado la causa o el origen de estos malos ratos nocturnos pero, expertos como Patricia Nafría (psicóloga) han dado las claves de por qué y cómo surgen estos momentos de miedo y sobresalto. Además, han recomendado algunas pautas para poder ponerle remedio.
¿Por qué te levantas con miedo?
Existen múltiples motivos por los que podemos despertar con estos síntomas en mitad de la noche. La ansiedad y el estrés pueden ser dos factores por los que se da esta situación nocturna. Este estado mental puede generar que sufras ataques de pánico nocturnos que pueden causarte miedo, problemas para respirar o sudores fríos.
Además, lidiar con situaciones complicadas, puede generar que tu cerebro esté preocupado incluso durante el sueño. Esto puede derivar en pesadillas vívidas y realistas que pueden hacer que sientas miedo o sobresalto.
Sin embargo, lo más grave que puede hacer que te despiertes angustiado es padecer algún trastorno del sueño. La apnea del sueño, la narcolepsia u otras patologías similares pueden ser especialmente dañinas para nuestro bienestar y rutina de descanso. Otros trastornos pueden ser causados por factores psicológicos como experiencias traumáticas del pasado, conflictos no resueltos o problemas de salud mental.
Cómo se soluciona
Una cosa es pasar una mala noche y otra, muy distinta, es sufrir estos problemas de manera recurrente. Si lidias con estos despertares repentinos de forma prolongada el consejo principal que debes seguir es el de buscar ayuda de un profesional. Este es capaz de encontrar el problema que subyace tras tus síntomas y de dar con el remedio para abordarlo.
Al margen de buscar esta ayuda, podemos incluir nuevas técnicas en nuestro día a día para calmarnos y conciliar un sueño de mayor calidad. Mejorar la higiene del sueño es una de esas técnicas. Esto implica no consumir cafeína, alcohol o pantallas antes de acostarte, crear un ambiente relajante y confortable para que tu cerebro entre en un estado de relajación, y usar fragancias o alimentos que inciten al sueño.
Las técnicas de relajación como la respiración profunda, la meditación o los estiramientos pueden ser muy útiles para relajar nuestro organismo. Actividades como leer o escuchar música blanca son otras dos formas de crear un ambiente relajante y en paz de cara a tener una calidad de sueño impecable.
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