Con un padre y dos abuelos que habían boxeado, era muy complicado que Jai Opetaia no se pusiera unos guantes. El australiano de ascendencia samoana se convirtió en campeón mundial júnior cuando cumplió 16 años y con esa edad hasta se acabó clasificando para los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde compitió ya con 17 en la categoría de peso pesado. Llevaba el boxeo en la sangre y en 2015 saltó a profesional, donde acumula un récord de 28-0 (22 KOs).
Púgiles como Usyk, Inoue, Canelo o Crawford están en boca de todos ahora. Incluso los Ryan García, Haney o Teófimo López son más populares que Opetaia, quien sin hacer ruido se acerca al 'top 10' de los mejores libra por libra. Ahora tiene 29 años y su victoria ante Mairis Briedis en 2022 lo proyectó a nivel internacional, sobre todo por la dureza del combate. El australiano le rompió la nariz al letón con un tremendo uppercut, pero este hizo lo propio con la mandíbula de Jai, también aplicando un upper. Opetaia después incluso renunció a su título mundial del peso crucero por ir a un combate más lucrativo en Arabia Saudí en lugar de afrontar la revancha con Briedis, que sin embargo se haría justo después.
El domingo se enfrentó al también invicto Claudio Squeo, italiano con escaso pedigrí, que no fue rival para él. El italiano, mucho más pequeño, salió a hacer su pelea, moviendo mucho la cabeza y tratando de acechar desde abajo a Opetaia. Squeo logró conectar algunas derechas de mérito, pero en el tercer asalto el zurdo australiano se dio cuenta de que era hora de presionar y apabullar a su rival. En el quinto round arrinconó a Squeo, esperó a que cometiera un error y finalmente conectó un gancho de derecha a la mandíbula. Squeo ya no siguió.
Opetaia quiere desde hace tiempo un duelo contra el mexicano Gilberto ‘Zurdo’ Ramírez para unificar coronas, pero no llega el gran combate del peso crucero. También el campeón Badou Jack está en su punto de mira, pues el púgil de Sidney quiere demostrar que pertenece al grupo de cabeza y que su nombre está a la altura de los Holyfield y Uysk, los dos históricos del peso crucero. El australiano necesita urgentemente que apuesten económicamente por estos combates, pues sin esas victorias apenas sería considerado en el peso pesado.
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