Entrevista a Marcus Cooper: "Para manejar la presión hay que dejar de ser un humano normal; te vuelves un robot" | Calendario de Adviento de MARCA.com

Marcus Cooper

"Para manejar la presión hay que dejar de ser un humano normal; te vuelves un robot"

M. Cooper:

"Para manejar la presión hay que dejar de ser un humano normal; te vuelves un robot"

Marcus Cooper tiene pendiente una visita al tatuador. En un costado luce las palabras Río y Tokio, por sus dos medallas olímpicas. Le falta añadir París tras completar su particular escalera de color: oro, plata y bronce. Desde que subió al podio con el K4 casi no ha tocado la piragua. Sus manos dan fe de ello.

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"Me costó un poco al principio valorar todo lo que pasó en París"

Andrés García
por Andrés García

PREGUNTA. ¿Le ha dado ya tiempo a valorar todo lo que ha conseguido en este 2024?

RESPUESTA. Ahora ya sí, me costó un poco al principio. Por mi experiencia, antes de iniciar los Juegos de París, ya me obligué a mí mismo a disfrutar el momento y valorar lo que estaba ocurriendo o intentarlo al menos. Primero, ser abanderado. Luego, obtener otra medalla más, casi dos de hecho, y haberme superado al participar en dos pruebas. Yo me decía: 'Marcus, disfruta el momento, no seas tan frío para todo como sueles ser, que te va bien para el deporte, pero valóralo'.

P. Su primera medalla olímpica en Río 2016 no la valoró bastante, ¿por qué?

R. Me costó mucho y a día de hoy no sé realmente si todavía logro valorar ese oro de Río. De primeras, porque no me lo esperaba, además como he dicho siempre he sido muy frío o mejor dicho, me fuerzo a controlar mucho las emociones. Las gestiono muy bien, que eso para el deporte, para la presión, para los nervios, para el día a día de la constancia y no desmotivarte, pues va bien. Pero claro, si vas tan con ese piloto automático, si eres tan robótico, pues también te pasa que luego las emociones de valorar lo que ha ocurrido, de sentir lo que está pasando, me cuesta un poco.

P. Ahora se entiende lo de que le llamen 'Iceman'.

R. Como digo, ya controlo mejor esas emociones en el sentido de que lo hago para momentos críticos donde necesito gestionarlas, pero luego sé cuándo debo liberarlas y ser emocional para, por ejemplo, valorar lo que ocurre en los Juegos o en cualquier momento especial de la vida. Ya sí sé aprovechar esos sentimientos.

Mi objetivo siempre es superarme, pero ahora mismo no sé cómo podría hacerlo

P. El trabajo de cuatro años queda reducido a lo que pase en poco más de un minuto. Subir al podio es una cuestión de milésimas y usted lo vivió en sus dos caras: el bronce en el K4 y el cuarto puesto en el K2. ¿Cómo se prepara un deportista para jugárselo todo en ese escaso margen de tiempo?

R. Una buena manera de gestionar esa presión, los nervios que se tienen en un momento tan decisivo cuando estás yendo a colocarte en la línea de salida y sabes que en un minuto y 20 aproximadamente te juegas todo el trabajo, es quitar hierro al asunto, no estar constantemente pensando que son unos Juegos, que has entrenado cuatro años, que tus rivales también, que tienes a la familia y amigos en la grada esperando lo mejor de ti... Lo sabes, lo tienes metido en el subconsciente, pero tienes que intentar evitar pensar en eso. Lo único que tienes que pensar es en lo que puedes controlar, en el presente, tu gesto técnico... Tienes que ser súper frío, dejar de ser un humano normal, una persona con sentimientos. Te vuelves un robot perfeccionista.

P. El piragüismo español cosechó tres bronces en París, pero con los resultados en el Mundial de 2023 ¿había expectativas de conseguir más medallas?

R. Es tremendamente buen resultado el que tuvimos los piragüistas en París y el deporte español en general. Es bueno ir siempre con ambición de luchar por superarnos. Me acuerdo que en Tokio también lo hicimos y espero que siempre sea así. Mejor pecar de expectativas altas, aunque no lo logremos, que al contrario. Es lo bueno del piragüismo que ya siempre damos por hecho que vamos a estar entre los mejores. Ocurre desde categorías inferiores. En el día a día entrenando, que al final es el truco para luego rendir en competición, ya todos tenemos interiorizado que vamos a por lo máximo. Es algo positivo, pero sí, estábamos convencidos de que podíamos lograr, incluso a mí no me habrían sorprendido, cinco medallas.

P. Se habló antes y durante los Juegos del récord de 22 medallas de Barcelona. ¿Sintió esa presión o no pensaba más que en su participación en piragüismo?

R. Ningún deportista piensa demasiado en general. Al final, porque somos profesionales, llegamos allí y cada uno tenemos que pensar en lo nuestro, lo que podemos controlar. Pero sí es cierto que teníamos esa mosca detrás de la oreja de superar lo de Barcelona porque eran unos Juegos cerca, con la familia allí, el apoyo desde la grada, muchos deportistas clasificados... Teníamos esa oportunidad. Y yo lo digo siempre, hay que soñar en grande, malo sea el momento en el que dejemos de tener esa ambición de, por lo menos, intentarlo. Para mí los Juegos fueron un éxito, casi todos los deportistas volvimos contentos de París.

P. Desde 2014 ha ganado al menos una medalla por año. ¿Cómo se consigue mantener esa regularidad durante tanto tiempo?

R. Siempre he dicho que tiene mérito llegar a arriba del todo, pero más mérito tiene todavía ser constante y mantenerte ahí. Hay que mantener la motivación y con mucha humildad interna. A veces pensamos que la humildad es lo contrario a la arrogancia externa, que también, pero hablo de humildad en el sentido de recordar cómo hemos llegado hasta arriba. Una vez que llegas si te acomodas y piensas que ya no vas a bajar, que esto es lo que vales y te puedes relajar, es cuando pierdes la humildad que es la que te recuerda que tienes que seguir trabajando para estar arriba. A veces también, todos los que somos ambiciosos, y yo me incluyo, cuando llegamos arriba parece que no lo valoramos tanto y hay que hacerlo. Valorar de dónde vienes y dónde has llegado, a todas las personas que han luchado contigo para que llegues hasta ahí. Hay que recordar eso para seguir siendo así de afortunado y seguir logrando esos éxitos que, además, hacen disfrutar al resto.

P. ¿Dónde guarda todas esas medallas?

R. Todas las nacionales e internacionales están colgadas en una especie de perchero de mi abuela, que ya no está entre nosotros, pero que era mi fan número 1. Las olímpicas las tengo todas en su cajita, en una especie de armario cerradito todas juntitas.

P. Cuando las mira, ¿hay alguna especial?

R. Evidentemente las olímpicas y quizá la de oro por ser la primera y mi primera lección de que el esfuerzo vale la pena. Pero luego está la primera de todas las medallas que he conseguido en mi carrera de piragüismo. Fue con 13 años en una regata a nivel isla de Mallorca. La tengo separada, metida en un plástico cerrado como hermético para que se conserve mejor todavía si cabe que las demás. En ese momento, cuando me subí al podio, era un niño y quien me iba a decir a mí que iba a ganar todo lo que he ganado.

"A posteriori hubiese preferido una ceremonia de inauguración en un estadio"

P. También quién le iba decir en 2016 en Río cuando vio a Rafa Nadal como abanderado que ocho años más tarde iba a ser usted, con Támara Echegoyen, el que llevara la bandera española.

R. Parece que cuando consigues un oro olímpico ya no te puedes superar, pero dos Juegos después, abanderado. Cuando salió Saúl para serloen Tokio por su palmarés yo no era consciente de que podía ser el segundo en la lista. Un amigo periodista me lo dijo. Dependía de los resultados que obtuviera en Tokio, pero había posibilidades de que lo fuera en París. Desde que acabó Tokio, tenía esa incertidumbre. Si iba a ser yo, si se iba a tomar la decisión por palmarés. Hasta que no se confirmó, justo antes de viajar a París, no lo sentí del todo.

P. Dígame, ¿no hubiera preferido el desfile en un estadio que ir en un barco por el Sena donde apenas se apreciaba quiénes llevaban la bandera?

R. Es verdad que el hecho de estar todos juntos en el barco parecía que le quitaba protagonismo a los abanderados, aunque eso no me preocupaba, incluso hasta me sentía bien, porque tampoco me gusta a mí parecer más que los demás. Yo estaba superguay de estar ahí compartiendo, viviendo ese momento tan importante de nuestros deportistas. Es verdad que la ceremonia, a ver como lo digo... me esperaba más. Pasó de ser la primera vez que se va a hacer a fuera de un estadio, en el río Sena a ver cómo se nos va a ver.... Y luego no hubo prácticamente ninguna crítica buena que yo leyera. No es lo mismo cómo lo viví yo, que fue superespecial ni me di cuenta de que estaba lloviendo, me acabó doliendo la mandíbula de sonreír constantemente y los españoles éramos los que estábamos más animados cantando y bailando, a lo que se vio por televisión. Luego lo vi y casi no se nos vio a los deportistas, se mezcló demasiado política con el deporte... A posteriori hubiese preferido volver atrás y hacerlo en el estadio.

P. Tras el oro en Río 2016, dejó el K1 1000. ¿No ha tenido la tentación de volver a esta especialidad?

R. Disfruto mucho del K1 y siempre ha sido mi favorita, porque controlo todo lo que está en mis manos, puedo hacerlo como a mí me gusta, como yo sé que me va bien, aunque es lo más solitario y compartir entrenamientos y competiciones con amigos también es más bonito. No siento necesidad de volver a un K1 1000, porque ya lo tengo hecho. Sé lo que soy capaz de hacer, sé lo que valgo. Tengo el chek puesto. Lo que busco es superarme, ponerme las cosas más difíciles. Buscar dónde está el límite. Y pasé al K4 donde es más difícil porque tienes que ser tu mejor versión y compaginarla con las mejores versiones del resto. La sincronización es súper importante. Luego después de Tokio, mi manera de superarme fue competir en dos modalidades y sentir que estoy siendo mi mejor versión en ambas. No pienso en resultados, medallas o ranking, sino en otros valores cualitativos. No descarto volver al K1 pero la prioridad es intentar superarme.

¿Un K2 con Saúl Craviotto en Los Ángeles? Sería un honor; todo el mundo disfrutaría

P. ¿Tiene ya un próximo reto?

R. A día de hoy no lo sé. Estoy con incertidumbre, no sé cómo podría superarme. No he encontrado todavía un objetivo personal. Quizá realmente estoy en un momento que sí que he llegado al máximo, que no quiere decir que me vaya a retirar ni mucho menos, pero estoy intentando realmente a nivel personal, hablando conmigo mismo, ver qué objetivo me pongo.

P. ¿Podría ser tomar el testigo de David Cal o Saúl Craviotto como piragüistas con más medallas?

R. Sí, un objetivo podría ser intentar ser el máximo medallista español. Lo que pasa es que nunca ha sido ese mi objetivo. Si fuera ese, tienes que ponerte cuánto antes y en París hubiese intentado exigir que se hiciesen las cosas de forma diferente. Además, ser el máximo medallista español supone compararme con otras figuras, con titanes con Saúl o David Cal y yo nunca pienso en compararme. Tengo otros objetivos, repito, más cualitativos. No es que sienta que deba intentar luchar contra Saúl o David, me cuesta encontrar esa motivación.

P. ¿Y un K2 con Craviotto en Los Ángeles?

R. Sería para mí, además de un honor y un placer, bastante mítico. Muchos lo disfrutarían y no sólo piragüistas. Saúl ahora mismo está un poco como todos, a ver cómo nos organizamos en este nuevo ciclo olímpico, algunos ponen en duda que vaya a seguir, pero Saúl, mentalmente seguro y luego está hecho un chaval, por lo que genéticamente no lo descartaría todavía.

P. Cuando acaba una competición, ¿es de pensar en lo que ha faltado para conseguir un mejor resultado?

R. A posteriori nunca me gusta dar vueltas a lo que teníamos que haber hecho. Soy bastante bueno logrando ver los fallos que podemos tener, pero a priori y lo hablo con total tranquilidad con el equipo. Ellos lo saben. Hemos tenido muchas charlas y digo si creo que en esto estamos pecando, a ver si lo corregimos. A posteriori lo que podemos hacer es aprender cuando hay una derrota, pero también con una victoria. Hay un dicho que no me gusta, que es 'a veces se gana y otras veces se aprende'. Hay que aprender siempre y si no aprendes cuando ganas es cuando pierdes esa humildad de la que hablé antes.

Me encantaría subir a Rafa Nadal en un K2 conmigo

P. Habiendo nacido en Oxford, ¿cómo que se decantó por el piragüismo en vez del remo?

R. A veces hago la broma de que como escogí piragüismo pues me echaron de allí, pero mi familia está superespañolizada, mallorquinizada. Mis tatarabuelos ya veraneaban aquí, mis abuelos fueron los primeros que se movieron y mi madre ya estudió aquí.

P. En estas fechas navideñas sí que les queda alguna tradición más anglosajona.

R. Lo único que mantenemos así de los ingleses es que no celebramos los Reyes Mayos, somos de Papá Noel. De pequeños, cuando nuestra madre nos preguntaba a mi hermana qué queríamos celebrar, decíamos Papa Noel porque teníamos más tiempo para jugar con los regalos antes de volver al cole. En el menú navideño también mantenemos el pavo típico inglés.

P. Este año se han retirado Rudy Fernández y Rafa Nadal. ¿Se ve cómo el nuevo abanderado del deporte mallorquín?

R. Lo he pensado, que, como deportista mallorquín activo, soy el que mejor palmarés tiene. Estamos hablando de Rudy, de Rafa, de tantos otros que realmente son eternos. No es que se retiren y ya está. Dejan su huella como deportistas y como personas para la eternidad.

P. ¿Se atreve a formar un K4 con usted y tres deportistas que no sean piragüistas?

R. Sería imposible por todos los deportistas que podría meter en un K4. Sería una jornada de un día de probar todos para que vieran lo que es un deporte duro de verdad. Si me encantaría subir a Rafa Nadal en un K2 conmigo o en el K4 con mis compañeros. Sería divertido. Además, mejor en verano porque acabaríamos seguramente nadando.

EL PLAN COOPER

UNA PLATAFORMA PARA EL DEPORTE Y LA SALUD

P. Ha puesto en marcha el Plan Cooper. ¿Cómo explicaría este proyecto?

R. Cuando encuentras lo que te hace feliz y lo que se te da bien, cuando encuentras tu nicho y lo has explotado; el siguiente paso vital es intentar ayudar al resto. Plan Cooper para mí es la forma de, con mi experiencia y mis conocimientos, ayudar a los demás Yo para llegar al éxito cuidé la nutrición, la psicología, la salud mental y evidentemente la forma física. Se ofrecen esos tres servicios principalmente. No es sólo para deportistas de alto nivel, es una plataforma de salud online dedicada a cualquier objetivo de nutrición, psicología y ejercicio físico. También hay colaboraciones con empresas, charlas con colegios, hacer las dietas para los colegios, otra serie de colaboraciones siempre relacionados con la salud. Hay un equipazo de profesionales, psicólogos, nutricionistas y entrenadores o preparadores físicos escogidos por mí que comparten los valores de este Plan Cooper.

P. ¿Cómo se siente al ver que este proyecto tiene ya muy buena acogida?

R. Hay dos momentos en los que estoy contento, primero, cuando me viene alguien que tiene una necesidad y te pide ayuda. Le pongo en o con el mejor profesional de mi equipo para la especialidad. Y luego un segundo momento cuando ya han solucionado su problema, han llegado a su objetivo. No es que yo esté inventando nada nuevo. Lo que estoy inventando es la manera de hacerlo, acercar a todos un servicio de salud de la máxima calidad y con garantías. Que todo el mundo sepa que hay un deportista que realmente predica con el ejemplo detrás y además que sea online, que para mí son todo ventajas.

P. Entonces, cuando no está subido en la piragua, su tiempo está volcado en este proyecto.

R. Sí, cuando no estoy en la piragua o en el gimnasio corriendo o entrenando, no hago mucha otra cosa que dedicarme al Plan Cooper. Quiero que funcione y que sea un proyecto de referencia en materia de salud. Además que ya ha llegado un punto de presión que es que ya no hay vuelta atrás, ya hay bastantes pacientes, están contentos los que colaboraran conmigo. Me debo al proyecto y tengo que seguir manteniendo ese éxito en el proyecto.

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Redacción:
Andrés García
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Marta García