Entrevista a María Vicente: Me gustaría leer el titular de que he vuelto, no hace falta que sea con un oro | Calendario de Adviento de MARCA.com

P. ¿Cómo ha sido el proceso de recuperación?

R. Me operaron en Barcelona, el mismo doctor que me operó del cuádriceps. Y he seguido la rehabilitación también con el mismo fisio, con Miquel Ángel Cos. Desde el primer momento he estado en el CAR de Sant Cugat. Mi familia vive en Barcelona, no podía conducir, tenía que ir al médico y al fisio todos los días. Estuve interna ahí desde el principio y la verdad es que muy bien. Estoy súper agradecida con todo el mundo, tanto los servicios médicos como la federación que me dejó estar allí, y a todos los compañeros. En el día a día, me imaginaba aquí en mi casa, encerrada, sola, con las muletas, no podía llevar el plato a la mesa... Eso imposibilita mucho. Me ayudaron muchísimo, también en los ratos libres, a distraerme, a hacer cosas, a tener planes. Eso fue un poco mi salvación.

P. ¿Cuál es el momento más emocionante de esa etapa de recuperación: el primer día que hace trote, el primero que hace técnica, el primero que vuelve a hacer altura...?

R. Al final con Miquel, el fisio, celebrábamos cada lunes. Me operaron un lunes, entonces cada lunes era una semana más y una semana menos. Él también me ha ayudado mucho con su positivismo y lo íbamos celebrando todo. Me impactó mucho empezar a soltar las muletas e ir ya sola. Andar no me daba miedo, era quizás respeto, y Miquel me decía: 'Venga María, cógeme la mano'. Y poco a poco me iba soltando. Yo creo que es como las primeras veces de todo, hasta ir sola sin muletas a ducharme. Cualquier cosa era como una alegría y una felicidad por la que seguir luchando.

P. ¿Se le coge miedo a saltar?

R. No, miedo no, es respeto. Pero no sólo a saltar, a cualquier cosa. Al final tienes que volver a aprender. Por mucho que ahora mismo el tendón esté bien, tengo muchas inhibiciones. Ramón, mi entrenador, me dice, 'deja atrás' y yo quito. Son cosas que tienes que ir trabajando poco a poco. La semana pasada teníamos en el plan salto de altura y le dije a Ramón: 'Bueno, lo dejamos una semana más, ¿vale?'. Necesito mentalizarme, pero sí que es cierto que en cuanto llegué, me puse y lo hice. Necesito mi tiempo para asimilar, pero no puedo ir con ese miedo, porque el miedo te hace dudar, vas más floja, vas mal y al final no digo que pueda tener una recaída, ni mucho menos, pero sí sobrecargas. Y luego empiezas a dudar. Entonces cuando tomas la decisión de ir con algo, vas con todo.

P. ¿Ha tenido que recurrir a un psicólogo?

R. Estoy trabajando con un psicólogo desde hace tiempo, pero no solo por eso. Al final considero que la salud mental es una cosa más a entrenar, una prueba más de todas las que hago. Lo tratamos, pero no tanto eso como tal, sino al final cualquier incertidumbre, cualquier cosa que te pueda pasar, pero tanto en la vida como en la pista, en la competición o en el entrenamiento... Trabajamos cómo afrontar todos los retos, todos los baches que nos van surgiendo. Pero yo misma también le dije: 'No quiero centrarme en esto como si fuese un trauma, porque si no, al final voy a hacer que sea un trauma'.

P. ¿En algún momento pensó en tirar la toalla?

R. No lo pensé en ningún momento. No te voy a decir que la otra vez sí que lo pensé, pero en la otra ocasión tuve más dudas. En cambio, en ésta ya sabía que he pasado por algo así, he conseguido recuperarme al cien por cien, incluso al 120%. Estoy segura que lo voy a volver a conseguir. No sé si voy a tardar cuatro meses, un año o dos, pero voy a llegar.

P. Era una temporada con Europeo y Juegos Olímpicos, sus dos grandes objetivos a priori. Después de la lesión, ¿los siguió por la tele?

R. No los vi como aficionada, sino como amiga de la gente que me importaba. No vi las combinadas, no vi nada de eso. Vi a mis amigos y a la gente a la que quiero y me intereso por ellos. Vi a gente de todos los deportes con los que he convivido en el CAR y en el atletismo, veía a mis amigos y su competición, luego apagaba la tele.

P. ¿Y cómo afrontó esas competiciones?

R. Me implicaba en ellos, en que les fuese bien, en animarles... Al final, ponía todo mi ímpetu y mi cariño en ellos. Quieras o no, miras los resultados, ves las pruebas y piensas 'Yo podría haber hecho', pero a la mínima ya dices: 'Podrías, pero no has hecho. Así que céntrate en hacer los ejercicios'.

P. ¿Veía el 2024 como su año?

R. Sí, obviamente tú sueñas todos los años con que ese sea tu año. A medida que iba entrenando iba viendo que las marcas mejoraban, no solo en competición, sino también en entrenamientos. El día a día iba mejor y eso te hace soñar. No me estaba colgando el oro olímpico ni mucho menos, pero sí que es cierto que veía potencial, veía al menos la posibilidad de luchar, de estar ahí y estar de tú a tú con las demás. Luego lo que pase en pista, pues nadie sabe. Pero sí que me veía con esa fuerza.

P. ¿Se veía, por ejemplo, campeona de Europa o medallista olímpica?

R. Sí, sí, sí. La verdad es que sí. Justo en el invierno estaba muy bien, pero no es mi punto fuerte. Yo en el 200 soy de las mejores y la jabalina no se me da mal. Entonces podía rascar más puntos y el heptatlón era mi plus. Entonces sí que es cierto que me veía, me veía.

P. ¿Qué es lo más duro de un periodo tan largo de lesión?

R. La incertidumbre no, porque el final yo intento centrarme. Obviamente quiero pensar en Los Ángeles y en subir al podio, pero yo me centro en el día a día, en que hoy ando mejor que ayer, que hoy he hecho un 'skipping' sin molestias. Las frustraciones que yo tenía eran más del día a día, de decir 'ostras, quiero dejar esta muleta ya, pero aún no puedo'. Eran como pequeñas cositas.