Durante muchos años, el PSG soñó con la Champions a golpe de talonario. Llegó a juntar a Messi, Neymar y Mbappé en el ataque, pero la colección de estrellas más rutilante del firmamento no bastó para tocar el cielo. El club francés aprendió por las malas que en el fútbol, los nombres no bastan. Las individualidades, por sí solas, no ganan. Y fue entonces cuando, en medio de ese desencanto, apareció la figura de Luis Enrique.
Nasse
Contenido EXCLUSIVO y GRATUITO para socios
¿Ya tienes cuenta?
- Contenido exclusivo
- Sorteos y experiencias exclusivas
- Videoanálisis de jornadas
- Newsletters temáticas
Quiero seguir leyendo GRATIS
Comentarios