Aunque no siempre cuentan toda la verdad sobre un equipo, las estadísticas son un termómetro útil para saber cómo respira un equipo en una temporada. Y hay una que acaba de 'sufrir' el Córdoba que permite encontrar una razón de por qué el cuadro de Iván Ania no ha tenido ningún problema para lograr su objetivo de la permanencia, pese a que haya quedado un cierto regusto en el entorno de ocasión perdida para engancharse de lleno a la pomada de los playoffs.
Han tenido que llegar las jornadas 39ª y 40ª para ver dos derrotas del Córdoba en fechas consecutivas del campeonato. Pese a que bien pudo haber sumado algún punto en los dos duelos, el conjunto califal perdió ante el Burgos en El Plantío y frente al Mirandés este lunes en el Bahrain Victorious Nuevo Arcángel. Pero normalmente siempre logró rehacerse tras una derrota.
De hecho, la única situación similar se dio en la primera vuelta con el partido aplazado de la jornada 13ª que el Córdoba tuvo que afrontar entre semana en Almería. Es cierto que perdió ese encuentro y luego en Gijón, en duelo de la fecha 17ª.
Sin embargo, suele comentarse que para un equipo recién ascendido a Segunda es fundamental no entrar en crisis con varias derrotas consecutivas y el Córdoba lo ha cumplido a la perfección. Es cierto que ha vivido momentos de varias semanas sin vencer, un par de tramos de cuatro y uno incluso de cinco en la primera vuelta, pero los empates en esos momentos y victorias siempre ante los rivales directos (sacó 22 puntos de 24 ante los cuatro últimos) le mantuvieron a flote.
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