El 9 de junio de 1975, el fútbol español perdió a una de sus grandes leyendas: Antonio Afonso Moreno, 'Tonono', apodado como el Omega Canario. Su fallecimiento, a los 31 años, conmocionó a la afición de la UD Las Palmas y al fútbol canario y nacional. Todo en un clima en el que en el fútbol todavía se recuperaba de la muerte de otro mito, Juan Guedes, solo cuatro años antes.
Comparado con gigantes como Franz Beckenbauer por su elegancia y precisión en el campo, Tonono no solo destacó como defensa central, sino también por su calidad humana y autoridad moral, siendo un líder indiscutible dentro y fuera de la cancha.
Debutó con la UD Las Palmas en 1962, con apenas 18 años, y dedicó toda su carrera al club de su tierra, disputando 436 partidos oficiales durante 14 temporadas. Fue una pieza clave en la etapa dorada del equipo. Con Las Palmas logró, el ascenso a Primera División en 1964, el subcampeonato de Liga en 1968 y el tercer puesto en 1969.
Su último partido fue el 31 de mayo de 1975, en la Copa del Rey. Pudo despedirse del Estadio Insular con una victoria ante el Celta que aseguró la permanencia. Tardes que recuerdan una carrera marcada por el compromiso y la humildad. A nivel internacional, Tonono brilló con la selección española, donde jugó 22 partidos y llegó a ser capitán en un encuentro histórico en el Insular.
Cincuenta años después, el legado de Tonono sigue vivo en Gran Canaria. Reconocido con la insignia de oro y brillantes de la UD Las Palmas y el título de Hijo Predilecto de Gran Canaria, su figura trasciende generaciones. Para los aficionados que lo vieron jugar y para quienes han heredado el amor por el club, Tonono permanece como un símbolo de grandeza, humildad y dedicación.
Un ícono que engrandeció la historia del club y del fútbol español. Para muchos, el mejor defensa de la historia del club, y uno de los mejores futbolistas que han vestido la camiseta amarilla de la UD Las Palmas.
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