El tiempo ha pasado, pero ellos siguen ahí. Siempre a su lado. Al lado de la UD Ourense, que en 2014 nació para que el recuerdo del desaparecido CD Ourense no quedara en el olvido. Porque no se puede entender uno sin el otro. Bajo el modelo del fútbol popular, el de un club propiedad de sus socios, democrático y abierto a todos, la UDO ha ido escalando hasta llegar a Segunda Federación. El domingo consiguió su sexto ascenso en once años y el próximo curso jugará por primera vez fuera de Galicia.
Esta vez no fue necesario pasar por unos playoffs en los que cayó en las dos últimas temporadas. El equipo vermello se proclamó campeón del Grupo I de Tercera RFEF a falta de tres jornadas para el final de Liga y con ello consiguió también el billete para participar en la Copa del Rey. Premio merecido tras un gran campeonato en el que sólo ha perdido un partido (contra el colista Betanzos), en el que no conoce la derrota en su campo de O Couto y en el que llegó a mantener su portería imbatida durante casi 800 minutos.
Fernando Currás, con pasado en Segunda división como futbolista y que fue entrenador de la UDO antes de llegar a la presidencia en 2021, está orgulloso de "tener al club en un sitio diferente después de todo lo que recorrimos; todo esto cobra sentido y tiene que ser para siempre".
"No somos el presupuesto más alto, pero hemos intentando configurar un equipo pensando en el ascenso. Para mí, tenemos la mejor plantilla de la categoría, pero eso hay que demostrarlo", comentaba Borja Fernández en una entrevista en MARCA en el mes de noviembre. Y lo demostraron.
El ourensano, que regresó a su ciudad natal tras muchos años fuera, ha sido uno de los padres del éxito en su primera aventura como entrenador (tras pasar por el Juvenil del Real Valladolid) y el encargado de devolverle la chispa a un equipo que acaba de alcanzar su cota más alta.
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