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No vive obsesionado por el premio o la distinción y sí por el trabajo y el triunfo del equipo, de lo colectivo, pero lo cierto es que Carlo Ancelotti es aclamado más allá de los Pirineos, mientras que en España se cuestiona hasta los minutos de sus cambios. En la mañana del lunes recibirá, de la mano de sus colegas italianos, con Demetrio Albertini, a la cabeza el premio que le designa como el mejor entrenador de la temporada pasada. Suyo ser será el premio ‘Panchina d’oro’.
Acumula reconocimiento mundial. En lo que va de temporada ha recibido el premio The Best y el Balón de Oro como el mejor entrenador de la pasada campaña a nivel mundial. Los dos premios coincidieron en señalar al máximo responsable técnico del Real Madrid, como el mejor en los banquillos durante la campaña 23-24. El fútbol le ira y no da la espalda a lo que año tras año consigue. Acumula títulos (ya es el entrenador de la historia del Real Madrid con más logros) y premio.
Tras estos dos premios y el que será suyo, el lunes en Florencia, están los aficionados, los futbolistas y los propios entrenadores. Ha logrado poner a todos de acuerdo con su manera de entender fútbol, las relaciones personales y la exigencia del que manda sobre una plantilla repleta de calidad, pero la que hay que dar el toque personal de cada entrenador.
Ante el mayor desafío de blanco
En la temporada quizás más dura o de las más duras de su carrera, Carlo Ancelotti, plantado en los últimos días del mes de marzo, como nunca lo había hecho, siendo responsable de la primera plantilla madridista. Nunca había llegado a esta altura de la temporada con todas las opciones en Copa, LaLiga y Champions. Además, claro, está, de tener por delante el Mundial de clubes de FIFA.
No hay que olvidar que a esa opción de seguir ganando títulos, hay que sumar ya Supercopa de Europa y Copa Intercontinental y lo ha hecho en una temporada complicada por las lesiones, con una plantilla limitada en algunas posiciones, pero a la que sabe sacar ese máximo rendimiento en los momentos puntuales.
La opción de hacer algo grande, más si cabe, la tienen ahí y en uno de sus últimos mensajes se la trasladó a los jugadores. Les planteó el reto del récord, de elevar el listón de lo que este equipo ha logrado hasta el momento, para llegar hasta donde no lo han hecho en los cinco años anteriores como entrenador del Real Madrid.
El lunes será un día grande para el técnico italiano. Su gente, los entrenadores de su país le reconocen. Curioso, cuando aquí en España desde el mes de agosto y con la Champions y Supercopa recién conquistada, ya era cuestionado tras empatar ante Mallorca y Las Palmas. Los rumores no han cesado durante toda la temporada, pero ahí sigue confiando en los suyos y en firmar una temporada para la historia.
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