Es la última semana de Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid, y no ha sido como le habría gustado. Las últimas dos semanas han estado lejos de la despedida idílica que el italiano imaginaba. Aun así, en este tiempo, Ancelotti ha dejado una frase para el recuerdo: “Mi amor por el Real Madrid será para toda la vida, hasta que me muera”.
La rueda de prensa previa al partido contra el Sevilla fue la número 119 de la temporada para Carlo Ancelotti. En los 60 partidos anteriores, solo dejó de hablar en dos ocasiones: durante el plante del Real Madrid en la previa de la Copa y en Vitoria, donde estaba sancionado. Desde que abrió este largo recorrido el 13 de agosto en la sala de prensa del Estadio Nacional de Varsovia, Carletto ha enfrentado situaciones de todo tipo: lesiones graves, conflictos con Javier Tebas, el rol de portavoz del club ante la amenaza de no presentarse a un partido y un desenlace dantesco de su contrato. A lo largo de la temporada, sin embargo, ha dejado mensajes a sus jugadores que, con la perspectiva del tiempo, cobran mayor sentido.
"Si esta hubiese sido la actitud siempre, la temporada habría sido mejor", aseguró el pasado miércoles después de que el Madrid ganara 2-1 al Mallorca de forma agónica pero en un partido en el que su equipo se vació a pesar de las 12 bajas que tenía. Más dardo que halago, esa frase se unía a la que lanzó en Valdebeas a horas del Clásico. "Si me hacen caso, va a salir bien". Ese caso a su entrenador apenas duró un cuarto de hora en la montaña olímpica de Barcelona.
Los avisos de Ancelotti no han sido de última hora. La segunda salida en LaLiga, a Las Palmas a finales de agosto, supuso que el italiano activara la luz roja por primera vez. "El año pasado estaba contento con algún empate, hoy no estoy contento, se podía hacer mucho mejor. No quiero excusas de nada. Teníamos que hacerlo mejor, con más actitud, se puede aprender mucho de este partido. Ha sido un partido claro de dónde podemos tener el problema. Es un problema de fútbol, ni físico ni mental".
La palabra solidaridad ha sido una constante, mensajes para buscar la implicación de un equipo que desde el inicio mandaba señales de desequilibrio. "El jugador que esté cansado tiene que levantar la mano, pero eso es algo que no ha pasado nunca en 40 años que llevo de carrera. Los jugadores han de ser más responsables en ese sentido, porque tengo muchos recursos en el banquillo, jugadores que están bien y merecen jugar. Lo digo aquí porque ya se lo he dicho a ellos", contaba en agosto. En febrero, insistía: "Obviamente la solidez defensiva no es sólo el esfuerzo de los de atrás, sino hacer un trabajo colectivo. Los de arriba también deben ayudar".
No hacía falta explicar que ese mensaje iba destinado de manera directa a Mbappé, Rodrygo, Vinicius y Rodrygo. La eliminatoria ante el City amagó con un cambio para bien, pero no fue así. "Jugando así no ganamos al Atlético", avisó tras la derrota en casa del Betis. Ahí arrancó una cuesta abajo que cogió velocidad de crucero ante el Arsenal.
De Güler a Mbappé
Arda Güler, el palo y la zanahoria. El turco se llevó un sonoro rapapolvo en la sala de prensa. Era cuando estaba desaparecido por completo. "Paso con Güler una pequeña parte del tiempo. Y él pasa mucho tiempo con otras personas. Y no sé si tienen la misma idea que quiero tener yo con él para que pueda jugar cuanto antes en el Real Madrid". Esa reflexión fue siempre unida, como con Endrick, a la obligación de los jóvenes de "chupar banquillo en el Madrid". Hace tres semanas, tras el buen partido de Güler ante el Celta, Ancelotti recordó el palo para alabar el crecimiento del turco.
Más sútil, pero para Mbappé también hubo un dardo de su entrenador. En un momento álgido del francés, se le preguntó a Ancelotti por la posible comparación entre Kylian y Cristiano. La respuesta fue una de esas para leer entre líneas: "Tiene mucha calidad y puede igualar la de Cristiano, sí, pero Cristiano dejó el asta muy alta. Mbappé está empezando ahora en el Madrid, tiene entusiasmo... Pero no va a ser tan sencillo para Mbappé llegar al nivel de Cristiano, tiene que trabajar...".
La defensa
En las ultimas ruedas de prensa, Carlo Ancelotti sacó el asunto de las cinco bajas de su equipo en defensa. Todo el plan que tenía en agosto en la zaga se ha lesionado. ¿Era sólo un lamento? No lo parece, aunque en la rueda de prensa previa al partido ante el Sevilla volvió a mostrar que para é, el club está por encima de todo. "Hemos hablado y todas las decisiones que ha tomado el club han sido consensuadas. No hay nada más que añadir. El año pasado tuvimos los mismos problemas y fuimos capaces de solucionarlo; este año ha sido un poco más complicado", contestó a la pregunta de si el esfuerzo de ahora hubiese cambiado el aspecto de la temporada de haberse hecho en invierno.
Al Barcelona
"Si el Barcelona es campeón, le felicitaremos", dijo Ancelotti al acabar el partido ante el Mallorca. Y así fue, pero el gran rival se ha llevado varios picotazos a lo largo de la temporada. "El Barça, por cierto, no irá al Mundial de clubes", dijo la semana pasada antes del Clásico. "Es mejor que no te conteste", contestó a la pregunta sobre qué hubiera sido de él de sumar cinco puntos de 21 como le pasó a Flick.
Mano dura
Con la experiencia de su salida en 2015, Ancelotti sabe que en las próximas semanas aumentará el rumor de que fue un entrenador blando. No ha sido necesario preguntarle al respecto. Él mismo abordó el tema sin que mediara una pregunta directa: "La mano izquierda, el látigo... son tonterías muy grandes. Todos los jugadores me han tenido mucho respeto. Los problemas que hemos tenido no se deben a la mano izquierda ni a esas tonterías".
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