Completada la segunda jornada del Estrella Damm N.A: Andalucía Masters, el último torneo internacional del calendario en España, en el Real Club de Golf de Sotogrande, donde los grandes talentos del golf nacional tenían citas capitales en su etapa amateur, uno de ellos, Jorge Campillo, se disparó en la tabla. El único golfista español que este año ha disputado el PGA Tour sumó un 65 a los 64 del jueves y manda en el torneo con cuatro golpes de ventaja sobre su perseguidor, el inglés Daniel Brown, y un total de 15 golpes bajo par. Nunca había llegado así en su carrera en un fin de semana.
El campo gaditano es un terreno familiar para Campillo, de 38 años. Lo jugó con asiduidad cuando era aficionado, cuando su abuelo materno le recordaba que "si no sales en el MARCA, no eres nadie", tiempos en los que era un joven prometedor por su juego corto, pero sin la solidez que ahora atesora: habiendo jugado sólo 17 torneos estará en la final de la Race to Dubai.
El cacereño volvió a jugar una vuelta sin bogeys como el jueves, aunque esta vez con cinco birdies y un eagle, tras embocar un chip desde 32 metros en su segundo hoyo del día. Fue uno de los golpes de gracia junto al putt del hoyo 4 (el 13 de su recorrido) que embocó desde 18 metros, tan lejos que ni siquiera le pidió a su caddie Jesús Legarrea que retirase la bandera. Tras describir una curva entró para afianzar un liderato que le permite aspirar a ganar su cuarta victoria en el DP World Tour, la hipotética primera en suelo europeo, pues hasta ahora ha ganado en Marruecos, Kenia y Qatar.
"Salen pocos días así, donde parece que todo es fácil. Pero también la puedo preparar el fin de semana", dijo el líder. "En el KLM iba con dos golpes de ventaja antes del sábado y acabé el vigésimo noveno. Lo veo todavía todo muy lejos", añadió.
A la caza el viernes por la tarde, viento molesto que no pestoso, salió Jon Rahm. La estrella redujo los errores del jueves y tiró 66 golpes, con ocho birdies y dos bogeys, uno el del 18 desde apenas metro y poco. Se ha situado sexto, como Ángel Hidalgo con el que compartió partido, y con todas las opciones para el fin de semana. Estuvo tocado por una secuencia portentosa con cinco aciertos en seis hoyos, entre el 2 y el 7, para aguantar luego la vuelta con tres birdies más hasta que tripateó en el 18.
"Me ha fastidiado que el único swing malo ha sido el 18. Pero con los hierros esta vez lo he hecho mucho mejor. He dejado dos dadas y con el viento no está fácil. A ver si el resto de semana puedo seguir y jugar igual de bien y darme una oportunidad el domingo", explicó el de Barrika. "Lástima el último putt. He sido víctima de los greenes a la tarde, que estaban más blanditos".
El campeón del Acciona Open de España, por su parte, evidenció que es un golfista de fantasía. Hidalgo tiene un amplio repertorio de golpes, un jugador diferente, ajeno a la ortodoxia, divertido hasta el paroxismo. Suelta una madera con el viento cruzado desde la calle del 2 (par 5) a un metro de la bandera y sella un eagle. O un golpazo desde el bunker en el 3 (birdie). O un putt de 10 metros (hoyo 7) o un chip desde fuera en el 10. Pero luego también falla tiros a un metro del hoyo. Su 66 fue un espectáculo.
"Es importante cómo reaccioné a los dos bogeys con otros tantos birdies de inmediato. Muy contento porque la vuelta estaba bastante difícil. El comienzo nos ayudó porque Jon y yo nos hemos ido alimentando y nos ha ido muy bien", expuso sin cerrarse el sueño de sumar otro éxito en territorio nacional aunque Campillo esté a ocho golpes.
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