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Con resaca, con ojeras, casi sin voz, pero con una sonrisa que no se los va de la cara desde el domingo al acabar la carrera de MotoGP. Así estaban Jorge Martín, que apareció en el circuito de Montmeló para reunirse con la gente de Aprilia, sus padres, Ángel y Susana, y su hermano Javier, que recogieron todas sus pertenencias del Prima Pramac y las trasladaron a su nueva casa. Era como una mudanza. Pero, en cada traslado, llegaba alguien del conjunto campeón y había que abrazarlo en esta despedida.
Uno de ellos era Gino Borsoi, el jefe de equipo que ha logrado algo que muy pocos pensaban desde que aterrizó hace justo dos años. Ni Ducati ni Campinoti se lo exigían. "¿Ganar el Mundial? Era inimaginable pensarlo. Sabía que tenía un gran equipo, grandes pilotos, que el equipo podía luchar por algo bueno, pero de ahí a pensar en ganar un Mundial, no", itía ayer ante un selecto grupo de medios, entre ellos MARCA.
El directivo italiano ya tuvo a Martinator en su época en Aspar y ya percibió una figura en ciernes. "Yo sabía que era un talento en aquél entonces, cuando aún trabajaba con Aspar, junto con Pecco, además. Los dos estaban juntos, los dos dormían juntos en el mismo GP Rooms. Es increíble, es una historia que empezó hace muchos años, el círculo se abrió allí y el domingo se cerró el círculo. El Mundial se cerró el año pasado a favor de Pecco y éste, a favor de Jorge, con una temporada increíble. Empezando juntos en Moto3 y hemos acabado en MotoGP", reconocía.
Gino fue piloto, compartió pista con un joven Valentino Rossi, y analizaba lo que ha variado y lo que no en el madrileño. "Lo que queda de Jorge es ser un piloto agresivo, con un pilotaje espectacular, lo vimos este año. En las carreras, lo miraba con iración, de verdad, porque tiene un pilotaje que te enamora, al menos a mí personalmente. Era estupendo verlo, no porque fuera mi piloto, sino por su pilotaje espectacular. De Moto3 a MotoGP, que son dos categorías completamente diferentes, pero su estilo agresivo, de atacar las curvas, un ángulo especial, muy inclinado en el interior de la curva, lo tenía ya en sus inicios y lo ha mantenido", explicaba.
El director de orquesta
Borsoi sí constató que la ayuda de un psicólogo se dejó notar en el '89'. "Se vio un Jorge mucho más abierto con la gente, con la prensa, con el público, mucho más pausado, tranquilo en el box a la hora de comentar soluciones para la moto o problemas. El Jorge del año pasado, a veces entraba en el box y se enfadaba cuando las cosas no funcionaban y ponía a todo el equipo nervioso. Es normal, muchos lo hacen, es así y siempre lo ha sido, no es algo especial porque es Jorge, porque todos los pilotos son así. Pero cuando empiezas a cambiar tu mentalidad y empiezas a ver que cuando más calmado estás, transmites tranquilidad al equipo, el equipo es capaz de traer soluciones porque no se pone nervioso nadie. Ésta es la clave. Él, al final, es el director de la orquesta. Si el director empieza a mover la varita de forma errática, todo funciona mal", resumía gráficamente.
Tanto creyó en él, que el dirigente no pensó que se fuera a hundir ni por caídas o por la decisión de los 'ducatistas' de no subirle al equipo oficial. "Sinceramente, nunca he dudado de Jorge, he visto cómo ha evolucionado él, desde el principio hasta el final ha dado un cambio importante, sobre todo en el aspecto mental. Cada vez era más fuerte, cada vez era más concreto, haciendo menos errores y sabía lo que tenía que hacer en cada carrera. No he tenido ninguna duda este año", confesó.
Del mismo modo, en el Prima Pramac tampoco cuestionaron que los de Borgo Panigale hicieran alguna triquiñuela para beneficiar al '1'. "Somos un equipo satélite, no hay que olvidarlo, con una gran estructura, con todo el apoyo de Ducati, pero no somos las mismas personas, el número que tienen ellos es mucho mayor al nuestro, el aporte de información es mucho mayor, aunque los datos se cruzan y hemos podido recibir todo de Ducati, no nos ha faltado absolutamente nada. Siempre lo dije, desde el primer minuto, y nadie me creía. Afortunadamente, ahora todo el mundo lo ha visto", indicaba.
Dall'Igna cumplió su palabra. "Para ellos era mucho más fácil hacer algo, intentar darnos menos información, quizás también un motor con menos potencia, pero no han hecho absolutamente nada. Yo estaba súper seguro de eso. Gigi siempre me lo dijo. A Gigi lo conozco desde hace mucho tiempo, es un muy buen amigo mío y sabía que no me iba a mentir. Al final, para ellos, ganara quien ganara, era una Ducati. Evidentemente, tienen sus patrocinadores y si pueden ganar ellos, mejor, pero sigue siendo una Ducati. Y lo han y lo hemos demostrado este año", aseveraba.
El antiguo competidor desvelaba hasta lo que le dijo a Martín antes de la carrera decisiva. "Hemos hablado mucho antes de las carreras, planeando escenarios. Lo que más hemos comentado, en esta última parte y en Barcelona, fue: 'Casi estamos, sólo no tenemos que cometer errores, sólo podemos perder nosotros, no ganar ellos'", confesó.
O la tensión por el domingo de Sepang y una batalla memorable. "No estaba preocupado para nada, porque el Jorge de la última parte de la temporada ya había entendido cómo gestionar las carreras. Le dije: 'Si tú lo sientes, haz lo que tengas que hacer', porque cuando intentas contener a un piloto, quizá haces lo peor, puedes hacerlo ir más lento y es cuando llega el error. Sabía que no cometería un error, lo sabía él también. Nos hizo divertirnos a todos, aunque también preocuparnos también un poco en el box, perdí casi cuatro kilos ese día, pero fue una carrera estupenda. Gracias a sus ganas de luchar vimos una lucha increíble con Pecco, que quedará para la historia", proclamó.
Futuro con Yamaha
Sin embargo, todo es pasado para ellos ya, pues MotoGP va a toda velocidad. A Borsoi lo esperaba Lin Jarvis, pues el domingo eran Ducati y el lunes, ya de Yamaha. Estratégicamente, sus camiones y boxes estaban en medio. Tenía reuniones para planificar su primer test... y 2025. Pero pese a pensar que este martes sólo será "una primera toma de o", Gino no se corta a medio plazo. "¿Repetir título con Yamaha? "En un futuro, yo creo que sí, ¿por qué no?", soltaba.
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