El Mundial de Rallyes (WRC) es el único campeonato del globo en el que el mejor piloto de todos no quiere... ser campeón. Suena irreal, pero ocurre con Sébastien Ogier, una de las mayores leyendas de la historia de la categoría. Quiere pasar tiempo en casa, tiene ocho títulos en su palmarés y solo compite para pasárselo bien. Pero eso lo hace ganando y repitió, por tercera vez este curso, en Cerdeña. Un rally de pura destrucción, donde solo le separó 7,9 segundos con Ott Tanak. Es su victoria 63.
"No sé qué me pasa aquí. He ganado en muchos sitios y muchas veces. Pero en términos de velocidad ha sido un buen trabajo", decía Ogier nada más terminar. Nadie sabe cuánto le queda en activo, pero lo seguro es que es el diferencial. Ya tiene cinco victorias en Cerdeña, superó las cuatro de Sébastien Loeb y añade otro registro a una temporada donde parece tocado por los Dioses. También ocurrió entre la grava, el polvo y la destrucción sarda, donde resistió ante una Hyundai que no termina de despertar.
No sé qué me pasa aquí. He ganado en muchos sitios y muchas veces. Pero en términos de velocidad ha sido un buen trabajo
Porque primero le ocurrió a Neuville, que se salió yendo en cabeza el primer día. Después a Fourmaux, tras medir mal y acabar saliéndose en una escapatoria. Y Tanak se quedó solo, pero no pudo completar el ataque tras un domingo que tuvo vida hasta el último metro del Porto San Paolo. Pero esta vez no ocurrió lo de 2024 y las dos décimas que dieron al estonio el triunfo sobre el francés.
Eso sí, no fue sin drama. Porque Ogier se equivocó en el último tramo, llegó a golpear por poco un arbusto y tuvo que empujar para no llevarse un gran susto en la meta. Entró con 17,2 al último tramo, tenía 12 perdidos en el primer parcial, pero Tanak tampoco había volado y consiguió mantener su sexto triunfo en Cerdeña por 7,9. Valía. Respiro. "No iba muy fuerte, no quería forzarlo y tuve que dar para atrás", decía.
Por el campeonato
Ogier triunfó, y Ogier sigue metido en un campeonato que, teóricamente, no seguirá y sigue apuntando a sus dos compañeros de Toyota, Elfyn Evans y Kalle Rovanpera. Su diferencia se sitúa en 20 puntos, pues el finlandés arañó el tercero y recortó puntos al galés (4º final). Pagaron el orden de salida y salvaron bastante bien los muebles en un recorrido durísimo que se tragó a muchos pilotos. "Obviamente, estoy satisfecho porque se ha demostrado que lo principal era llegar sin problemas. Pero peleamos por un campeonato y queremos pelear, de tú a tú, cada día", analizó Evans. Todavía manda y sigue descontando pruebas de sufrimiento en la grava, parte clave para ser campeón.
Obviamente, estoy satisfecho porque se ha demostrado que lo principal era llegar sin problemas. Pero peleamos por un campeonato y queremos pelear, de tú a tú, cada día
Pero parece que ninguno transmite en este 2025 lo de Ogier. Que aprovecha errores, ataca y gana a cualquiera sin seguir todo el campeonato. Lo suyo es de un mérito infinito y la leyenda no deja de aumentar. Quizá el piloto con mejor método de siempre y solo por detrás del eterno Loeb en la lista de la historia. Palabras mayores.
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