Se va. De momento, con 24 podios, seis poles, cuatro victorias, además de tres vueltas rápidas, 14 primeras líneas en parrilla y cerca de 900 puntos (a la espera de su última carrera, este fin de semana en Abu Dhabi). El balance de estos cuatro años para Carlos Sainz en Ferrari impresiona al ser condensado, aunque hay algunos aspectos no cuantificables.
Llegó como un piloto capaz de entrar en el podio, de luchar por triunfos, como en 2020 frente a Gasly en Monza, donde sólo la injusta norma de poder cambiar gomas tras la bandera roja se lo pudo arrebatar... de batir con mucha holgura a Lando Norris durante dos temporadas completas en McLaren. Pocos dudan de que lo hubiera hecho mejor que el inglés con el coche de este año y que posiblemente el campeón sería él y no Max Verstappen.
Y este domingo se marcha como una de las grandes figuras de la actual parrilla de la F1, autor de dos victorias en 2024, una de ellas con una herida aún abierta en el abdomen, y como posible candidato a volver a un equipo grande en breve, aunque es verdad que le ilusiona llegar a Williams y escalar con un histórico para dejarlo de nuevo en el podio en alguna carrera.
Carlos arribó a Italia con 26 años, con mucho por demostrar, y se marcha con 30, como un piloto que ha estado a la décima con Charles Leclerc, cuando la mayoría de los medios especializados no le situaban más que como un escolta inicialmente, alguien para hacer el trabajo de fondo, al que el monegasco iba a batir sin remisión.
Cuando escuché que no iba a renovar por Ferrari pasé los peores días de mi vida
En el duelo con Charles, en 2021 (con la sanción por el motor ilegal de 2019) y con un coche muy limitado, Carlos le venció por 164,5 puntos a 159, logrando cuatro podios por sólo uno del ‘16’. A las primeras de cambio, sin conocer el equipo ni el estilo de conducción del coche. En los años posteriores, 2022 fue más complicado, con 62 puntos de ventaja para Leclerc, pero en 2023 se quedó a seis y con la certeza de que sólo la alcantarilla de Las Vegas le privó de batirlo de nuevo. Este año, de momento son 69 puntos a favor del monegasco, a falta de una carrera.
Carlos lo resume así: “Creo que con Charles lo he tenido más difícil porque nos han puesto juntos en un momento en el que Ferrari también ha sido relativamente competitivo. Hemos estado luchando por victorias, hemos estado luchando por podios y nos hemos encontrado a un nivel de conducción muy alto, pero también bajo una presión fuerte, porque es Ferrari y ambos queremos ganar”, recuerda.
Y reconoce que nunca lo había tenido tan difícil. “Cuando estaba en McLaren o cuando estaba en Toro Rosso o cuando estaba en Renault, no estaba luchando por victorias. En Ferrari todo se suma para tener quizá más ojos sobre ti”, analizaba el madrileño en Qatar hace apenas unos días.
Sainz proseguía. “Tienes que coexistir [con Leclerc] durante cuatro años al mismo tiempo que estás P4 y P5, P2 y P3, P1 y P2, y tienes que hacer cada salida, cada reinicio del coche de seguridad, cada clasificación, cada cambio, cada parada en boxes.... Si está siempre uno al lado del otro y tienes que competir con los rivales al mismo tiempo, seguro que habrá altibajos y lo encuentro muy natural en cierto modo”, dice sobre esos encontronazos que nunca han pasado a mayores y que siempre se han resuelto internamente.
No sólo ha habido rivalidad, y muy dura, sobre el asfalto con el ‘predestinato’, como le llaman el Italia, porque era el llamado a volver a ganar un Mundial con Ferrari. Ha habido una buena sinergia a la hora de trabajar juntos para mejorar, se han empujado el uno al otro a conseguir lo mejor del coche en cada momento y han acabado por tener quizá el vehículo más equilibrado y completo en el final de 2024... que es el gran favorito para 2025 según casi todos los analistas y aficionados. Sainz ha tenido un gran peso en la construcción de una Ferrari realmente grande.
Pese a los rifirrafes naturales de dos pilotos tan igualados, uno quizá mejor en ‘qualy’ y el otro en ejecución global de la carrera, Carlos asegura que Leclerc es de los mejores compañeros que ha tenido. Quizá no es un amigo, como sucede con Norris, pero habla muy bien en todo momento de Charles como persona. “Siempre ha sido una relación muy, muy buena. Es uno de esos tíos que sé que, en el futuro, cuando no esté en la Fórmula 1, miraré atrás y diré que me alegro de haberle conocido, de haberme entrenado con él y de poder tener muchos buenos recuerdos con él. En estos cuatro años en Ferrari he disfrutado de cada momento, incluso los más difíciles, por muy duros que hayan sido. Estoy bastante seguro de que en 20 o 30 años me reiré de todo eso y miraré atrás con orgullo por lo que hemos logrado juntos”, dice ya con la perspectiva del que se va.
Para Carlos, el paso por Maranello ha sido más que positivo: “He pasado momentos increíbles, gané por primera vez en la F1, cuatro victorias maravillosas que llevaré conmigo para siempre. Ahora puedo decir no sólo que fui piloto de Ferrari, sino que también gané. Me divertí”, asegura también el español en ‘Corriere della Sera’, para hacer balance de su etapa más exitosa en la disciplina.
“Todos los triunfos han tenido un significado especial
No está claro si fue Ferrari quien buscó a Lewis o fue al revés, pero el caso es que sobre noviembre de 2023 ya había gente que sabía que el heptacampeón se vestiría de rojo en 2025, mientras públicamente, en la comida de Navidad por ejemplo, se insistía en que la renovación de Sainz era cuestión de tiempo. Carlos por entonces ya podía intuir lo que sucedía, pero no le daba mucho crédito.
No fue hasta el 1 de febrero cuando se filtró la noticia, una exclusiva precisamente del ‘Corriere’ que obligó a Ferrari a confirmar el fichaje un día después. “Fueron los peores días y semanas de mi vida. Fue completamente inesperado, estaba convencido de que iba a renovar y las señales que recibía de Ferrari iban en esa dirección. Cuando escuché la noticia, realmente no lo podía creer”, rememora sobre el inicio de 2024.
Quizá es lo que más va a recordar el gran público: su primera victoria en Silverstone 2022, porque además se produjo tras escuchar una orden imposible de cumplir por la radio. Le pedían que no adelantase a Leclerc, con ruedas viejas en pista, mientras él las tenía nuevas y por detrás llegaba una jauría de cinco coches que iban a rebasar a ambos sin remisión. “Stop inventing”, dijo a su ingeniero Ricardo Adami, antes de pasar a Charles e irse hacia la victoria. Fue un golpe de autoridad, de madurez y de saber lo que debía hacer en un momento crucial, su doctorado como piloto para su primera victoria.
“Todos los triunfos son especiales, por diferentes motivos. El primero en Silverstone 2022 fue inolvidable; Singapur 2023 por lo que significó: el único piloto que no era de Red Bull en ganar; Australia es una liberación después del invierno tan difícil y la apendicitis; México porque casi con seguridad será el último. Allí me presioné sabiendo que tenía una oportunidad. Lo conseguí además ante mi familia, fue una inyección de confianza”, valora sobre esas cuatro victorias que ha certificado.
Volviendo a su salida de Ferrari, Carlos no quiere dar muchos detalles. “Estaba preparado y convencido al 99% para firmar la renovación en diciembre-enero. Entonces pasó algo, no sé cuándo empezó a pasar”. dice sin entrar a fondo en lo ocurrido.
Y no cree que sea inferior al que se queda, Leclerc, ni al que llega, a tenor de sus palabras. “Estoy 100% convencido de que en mi mejor forma soy el mejor. Es difícil ganarme, el ejemplo es México. Necesito mejorar en consistencia. Charles fue más consistente al más alto nivel, al igual que Hamilton”, dice sin pecar de fanfarrón, reconociendo lo que puede haber faltado.
En cuanto a los dos jefes de equipo en esta etapa, Mattia Binotto y Fred Vasseur, sólo tiene buenas palabras para ambos, a toro pasado. “Con Binotto y Mekies sentamos las bases. Les debo mucho, porque me eligieron como piloto de Ferrari, y fueron dos años duros pero bonitos. Con Fred la gente piensa que no me he llevado bien, porque trajo a Hamilton, pero eso no es cierto. Han sido dos años positivos”, valora.
No sólo puedo decir que fui piloto de Ferrari, sino también que gané
Cree que la presión, al ser piloto de Ferrari, llega más desde Italia de lo que ha sentido desde España. “Todo es sobredimensionado, siempre, desde el GP de Monza hasta las noticias: lo he vivido de primera mano”, certifica al respecto.
Entre los malos momentos está el inicio de 2022, con un coche ganador y con el que se quedó estancado, sin poder superar a Leclerc en calificación o carrera. “Pensé que ya no sabía conducir. Tuve que cambiar completamente mi estilo y después de eso me volví mucho más fuerte”, dice sin ningún tipo de reparo.
Lejos de irse con un desplante, no quiere plantearse que él hubiera sido el que se quedara en Ferrari para medirse a Hamilton. “Estaba bien pilotar con Charles, no creo que haya nadie más rápido por aquí”, deja en el aire, como halago hacia su compañero. Es muy probable que le echen de menos antes de lo que piensan. Se va Sainz. Se va un ‘matador’.
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