El Unicaja sigue viviendo en una nube desde que el curso baloncestístico 2024-25 arrancó para el equipo de Los Guindos en septiembre. Cuatro competiciones, cuatro finales y cuatro títulos en sólo 238 días. Los malagueños se han acostumbrado a ganar tanto que esta segunda Basketball Champions League consecutiva tuvo una fiesta mucho más tranquila que la que el equipo logró la pasada temporada en la Final Four de Belgrado.
Unas 2.000 personas se dieron cita ayer en las celebraciones del cuadro del Martín Carpena por las calles de la ciudad. Alberto Díaz, único malagueño de la plantilla, y Tyson Carter, flamante MVP, de la final del torneo fueron de los más aclamados. El equipo malacitano vive un año de ensueño y está dispuesto a todo en este mes y medio que queda de temporada.
La taurina frase de “no hay quinto malo” empieza a resonar con fuerza para una afición que no se cansó de cantar aquello de “a por la Liga” ante la sonrisa de López Nieto, el presidente milagro que no es capaz de decir que no a los seguidores. de la plantilla pronunciaron esa misma frase ambiciosa después de derrotar al Galatasaray en la Final Four de Atenas. Aestas alturas y viendo el desarrollo de la temporada y el potencial mostrado por el Unicaja nadie se atreve a decir que la Liga Endesa y el repóker de títulos no es posible.
El arquitecto del proyecto, Ibon Navarro, desarrollaba ante todos su plan y una alabanza a sus jugadores. “Esto es extraordinario. Tenemos que disfrutarlo lo máximo posible. Hay que valorar esto y disfrutarlo. No sabemos cuándo será la próxima. Nunca nadie quiere perder, pero tienes que asumir que cuando pierdes, aprendes. Aquí, con 9.000 tíos, hace un año, hubiésemos perdido. Al equipo le podía faltar esa madurez. Hemos ganado finales cuando nos salía todo. En esta BCL no ha hecho falta”, argumentó.
La afición cajista y el equipo lo tienen claro y van a una en esto:el objetivo es completar el año con el quinto título. Mientras, que le quiten lo bailado a un Unicaja que ya suma 10 entorchados a lo largo de toda su historia, seis de ellos conseguidos por esta dinastía de jugadores que arrancó con la consecución de la Copa del Rey de 2023 en Badalona, se prolonga ya durante dos temporadas y amenaza con seguir triunfando si un verano más logra mantener el núcleo duro de la plantilla.
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