Falta de intensidad defensiva y anticompetitividad. Ése fue el diagnóstico de Iván Ania tras la dolorosa derrota por 4-1 del Córdoba en Ipurua que, por cierto, es la décima en doce visitas cordobesistas al ahora coqueto feudo armero. Pero ese mal lleva instalado en el equipo desde hace varias jornadas y los números lo evidencian.
Tras el empate contra el Eldense, que pareció una despedida de facto de la opción de mantenerse enganchado al play-off, el Córdoba lleva una media de casi tres tantos encajados por partido. Incluso en el primer duelo de esta tanda encajó dos frente al Cádiz (4-2), en un choque que ganaba cómodamente al descanso (2-0) frente a un rival con 10 jugadores.
Luego los blanquiverdes han encadenado tres derrotas en el campeonato, lo que nunca se había dado este curso. Cayó ante Burgos (3-2), Mirandés (1-2), en un partido en el que encajó un tanto final con sólo Marvel bajando a defender, y Eibar (4-1). Este último resultado, en un choque que había logrado empatar momentáneamente en el ecuador de la segunda mitad.
Ahora mismo el Córdoba reza con 62 goles encajados en la temporada, un guarismo tan excesivo que sólo el colista Cartagena es capaz de empeorarlo (75), aunque es cierto que es el mismo que otros equipos como Racing Club Ferrol y Castellón. Una faceta clara a mejorar para la próxima campaña.
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