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Desde el pasado domingo 25 de mayo la vida de Álex Palou ha cambiado. Es un ganador de las 500 Millas de Indianápolis... con todo lo que eso conlleva. Que, de momento, son fastos y más fastos.
El día siguiente al 'Mayor Espectáculo del Automovilismo' está completamente dedicado a honrar a su ganador. De hecho, Palou no pudo celebrar en exceso su triunfo porque esa misma tarde fue recibido con honores en el Gambridge Arena de Indianápolis en el descanso del Pacers-Knicks de la NBA para dedicar su victoria a sus conciudadanos.
Más compromisos que celebración
Al día siguiente, muy temprano para aprovechar la luz especial del amanecer, el español, su equipo y su familia se hicieron las siempre espectaculares fotos con el coche ganador y el trofeo Borg Warner en la mítica Brickyard, el vestigio del trazado original de ladrillos del Indianápolis Motor Speedway.
Y por la noche, gala de celebración con el resto de pilotos del campeonato, a los que tiene sometidos, como bien se comprobó en la broma que le gastó su compañero de equipo, Scott Dixon, que le ofreció cinco semanas de vacacones con gastos pagados para él y su familia para ver si así eran capaces de alcanzarlo en la tabla.
En esa gala, lógicamente, le tocó hacer un discurso (con la voz aún rota tras explotar de emoción al lograr el objetivo de toda una vida)... ya enfundado en una prenda especial a la que sólo los ganadores de la Indy 500 pueden acceder: la chaqueta azul que les convierte en del selecto club de pilotos vencedores de la carrera.
La chaqueta azul, una nueva tradición
Se trata de una nueva tradición instaurada por la IndyCar hace dos años por la que los ganadores lucen la preciada prenda, que es totalmente personalizada ya que el forro interior está confeccionado con imágenes de las victorias de cada uno de los pilotos.
"Nunca sabes si vas a poder ganar alguna vez esta carrera, pero ya de por sí es muy especial poder formar parte de ella", dijo antes de echar casi una lágrima cuando mencionó a su familia: "No voy a mirar a mi madre, porque está llorando... ha venido por primera vez, también mi hermana. Ellos son mi gran apoyo desde los cinco años cuando empezamos a correr en karting únicamente por placer".
El flamante ganador también agradeció a la organización el trabajo que supone un evento como las 500 Millas, de dimensiones gigantescas: "Gracias a la IndyCar por organizar este campeonato y esta carrera. Es un honor formar parte de esta carrera, la mejor del mundo. Espero estar a la altura de los anteriores ganadores y poder honrar al trofeo como lo hicieron ellos".
Ahora le espera viaje a Nueva York para una gira de entrevistas con los medios nacionales estadounidenses y el jueves... vuelta a la tarea porque espera la séptima prueba del campeonato, en el urbano de Detroit.
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