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Con todos concentrándose para empezar la carrera de MotoGP, en plena pista de Termas de Río Hondo, la megafonía hizo sonar un tango a todo volumen. Un par de bailarines deleitaban al fiel público local, 79.227 en las gradas, y al de todo el mundo, con sus movimientos acompasados.
No lo sabían, pero era el preludio de lo que luego se viviría en ese mismo asfalto con otros dos ‘danzarines’ que ofrecieron un espectáculo sublime: Marc y Álex Márquez.
Se dice que se necesitan dos para bailar un tango y aunque el mayor habría querido una carrera en solitario, un error a final de recta le hizo tener que sacar lo mejor de su repertorio para arrimarse a su familiar y doblarle en su coreografía.
En honor al mejor cantante de tangos de todos los tiempos, Carlos Gardel, hay una expresión argentina que se dice ‘hacer un Gardel’. Significa ser alguien muy destacado en su tarea. Pues, obviamente, los Márquez se hicieron un Gardel.
Orgullo de hermano
El mayor sentía más orgullo por lo visto con el menor que con su triunfo. “Estoy impresionado por el nivelazo que ha mostrado Álex. Estaba pilotando de una manera súper fluida, súper suave. Me llegué a decir: ‘Con un segundo puesto, vale’. Pero vi que con goma usada iba mejor. El primer ataque no fue bien, pero el segundo fue mejor”, indicó.
Tanto fue así que el 93 quiso destacar que el 73 le superaba en uno de sus puntos fuertes. “Él hizo una puesta a punto para mantener ese paso por curva y fluir mejor y mi puesta a punto ha estado centrada más en las grandes frenadas, que es mi punto fuerte. Yo era capaz de frenar como quería, pero él estaba fluyendo muchísimo. Honestamente, en cada curva estaba pensando en la curva 6. Es una curva a izquierdas e iba pensando: ‘Es imposible que vaya más rápido que yo’, pero sí. No podía quitármela de la cabeza”, confesó.
El del Gresini concedió que hay algunos pasos que dar en ese ‘gambeteo’ en los que el del Ducati oficial no tiembla. “Él es capaz de mantenerse ahí, en esa línea, al límite, y a mí me costó cuando bajaron los neumáticos”, desveló.
Ellos también tuvieron un espectador de lujo, como los compañeros del dúo del tango de la previa. Fue Franky Morbidelli, que volvió a un podio 1440 días después, ya que no lo hacía desde Jerez 2021. “Fue bonito, fue una pelea bonita, sólo pude verla de lejos. Yo hice el máximo que se podía tras ellos dos”, afirmó.
La decepción de Bagnaia
Pero el romano pudo amargar a Pecco Bagnaia, su compañero en la Academia de Valentino Rossi, que sólo pudo ser cuarto. Y gracias a que aguantó a Zarco. “Cuarto no es mi lugar. Necesito mejorar, recuperar mis sensaciones del año pasado”, reconocía el turinés, que ya está a 31 puntos de Marc, su compañero, el recién llegado al equipo ‘rosso’, donde la felicidad del box es plena, como sus triunfos. Dos Sprint y dos carreras largas. Más dos poles y dos vueltas rápidas.
El tango es sinónimo de fiesta y eso sólo podía ser para los Márquez. Pero también tiene un aire nostálgico. Marc escenificó todo con un homenaje a Ángel Nieto, al igualar sus noventa victorias. Con una corona de laurel y una banda, con la bandera argentina, y la inscripción: ‘Gracias, Ángel’. “Ángel ha sido y sigue siendo súper importante para el motociclismo español”, exponía el octocampeón. “Para igualar a Ángel tienes que merecerlo. Me le imaginé en televisión diciendo: ‘Qué bonito’. Y lo ha hecho. Fue una gran carrera”, explicaba el bicampeón de Cervera, que es segundo del certamen a sólo 16 puntos de su hermano, amigo, vecino de casa, etc.
La Copa Márquez está siendo un baile de salón, de alta escuela, con puro arte en cada ejecución. Todo es lindo, relindo, en el hogar de los Márquez Alentá.
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