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Es imposible escoger sólo un momento de mis 20 años de carrera deportiva”, dice Laura Ester Ramos con su eterna sonrisa. Acaba de colgar el bañador, pero la mejor portera española de la historia del waterpolo tiene un álbum completo de recuerdos imborrables en su cabeza. Podría quedarse con alguna de las tres medallas olímpicas que ha ganado (oro en París 2024 y platas en Londres 2012 y Tokio 2020), de las cinco mundiales (un oro, tres platas y un bronce) o de las seis europeas (tres oros, dos platas y un bronce), pero lo hace con todo lo compartido con sus compañeras en este largo viaje. A muchas de ellas las considera familia.
La cancerbera catalana, que también lo ganó todo a nivel de clubes con el Sabadell, forma parte de esa generación que hizo despegar al deporte femenino en los Juegos de Londres 2012. Aquella plata –entonces las mujeres protagonizaron 11 de las 17 medallas españolas– fue el inicio de una era dorada del waterpolo. “Cuando empecé no tenía referentes femeninos y si quería ver este deporte tenía que ir a una piscina. Ahora puedes verlo en la tele y también hay mujeres que son referentes”, dice con orgullo. Entre ellas, la propia Laura Ester que se ha convertido en el espejo en el que se miran muchas niñas y niños. “Ver su cara de felicidad y la forma en la que te miran no tienen precio”, reconoce.
Cuando empecé no tenía referentes femeninos y si quería ver este deporte tenía que ir a una piscina
Premio a una carrera de leyenda
Este sábado recibirá un reconocimiento (20:30 horas en la Plaza de España de Madrid) a su exitosa trayectoria y a su aportación para impulsar el deporte femenino dentro del marco de La Noche del Deporte que organiza MARCA en colaboración con el Ayuntamiento madrileño. “Es un premio muy especial y estoy agradecida, aunque significa también que esto se ha acabado”, dice. Todavía está muy reciente la despedida en el Club Esportiu Mediterrani, el mismo en el que empezó su carrera deportiva cuando tenía 11 años.
Entonces no sabía ni lo que era el waterpolo, pero fue amor a primera vista. Desde el primer día probó en la portería y nunca más cambió de posición. Alzaba el vuelo como un Pajarito “porque tenía las piernas muy delgaditas y volaba en la portería”. El apodo se lo puso su entrenador de aquella época y la ha acompañado durante dos décadas.
Lo ha ganado todo
A lo largo de su carrera ha ganado siete Champions, 13 Ligas, 11 Copas de la Reina, 11 Supercopas de España, cuatro Supercopas de Europa y 12 Copas de Catalunya. Si las sumamos a los éxitos con la selección, podría montar un museo en su casa. Sin embargo, nunca ha sido de exponerlas. “Las medallas de selección siguen dentro de la caja. Y las de club en una grande. Cuando las veo soy consciente de lo que he conseguido, pero tras cada campeonato ya estaba pensando en el siguiente objetivo”, dice haciendo gala de esa mentalidad ganadora que la ha acompañado siempre, pero también de su humildad.
Las medallas de selección siguen dentro de la caja y las de club en una grande; cuando las veo soy consciente de lo que he conseguido, pero tras cada campeonato ya estaba pensando en el siguiente objetivo
Su primera medalla con España fue la plata en el Europeo de 2008 en Málaga. Tenía 18 años y ya vio el potencial de aquel grupo: “Pensé que podríamos hacer grandes cosas”. Un año antes de los Juegos de Londres, los primeros en los que participaron, quedaron undécimas en el Mundial con casi las mismas integrantes que después lograrían aquella plata que cambió la historia para siempre, que las hizo creer en ellas.
“La clave del éxito fue juntar a la generación anterior, que luchó durante muchos años, con la ilusión y las ganas de las que llegamos después, que habíamos nacido en los 90. Poco a poco nos convencimos de que teníamos calidad y que podíamos ganar a selecciones potentes (como Estados Unidos) y con esas ganas, fuerza e ilusión salieron los resultados y ya fue todo rodado”, analiza.
Y augura un gran futuro a la actual selección, en la que hay de nuevo un cambio generacional y nuevo seleccionador (Jordi Valls). “Hay cantera y espero que el waterpolo femenino español siga muchos años más de éxitos”, añade.
De momento, entre premio y premio, no quiere pensar qué hará en el futuro más inmediato. Se tomará este verano de relax “y desintoxicación”, pero tiene claro que quiere “seguir vinculada al waterpolo. Son muchos años y no te puedes desintoxicar”, dice entre risas la que fuera la mejor portera del mundo en 2013, 2017 y 2019, y la mejor jugadora de Europa en 2017 y 2019.
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