Probablemente hayamos asistido a la final de Liga griega más convulsa de la historia. Enfrentamientos, insultos, huidas de la policía, denuncias de racismo, aplazamiento de partidos, amenazas de cancelación y hasta la intervención del gobierno para que reinara la paz... que nunca reinó.
Y por fin hubo final. El Olympiacos sentenció en El Pireo el cuarto partido, 85-71, y con ello se llevó el título griego que, tal y como se puso la cosa, igual han celebrado más que si fuera la Euroliga. En lo deportivo, el cuarto partido tuvo el foco en Shaquielle McKissic, autor de 20 puntos y del que por cierto se rumoreaba que podría decidir retirarse, decisión que se habría replanteado tras su heroica actuación, y la lesión de Sasha Vezenkov en el segundo cuarto, que se tuvo que ir ayudado por sus compañeros por un problema en el tobillo y ya no volvió a jugar.
Pero al final del choque, de nuevo el protagonismo se centró en Ergin Ataman, el volcánico entrenador del Panathinaikos que, como no podía ser de otra forma, acabó explotando ante los periodistas en la rueda de prensa posterior a la derrota. Ataman volvió a enredar en todos los problemas que hubo en la final, tirando a dar, sobre todo, contra Evan Fournier.
Lo primero que hizo Ataman, eso sí, es itir la superioridad del Olympiacos. "Felicidades por lo que han hecho en la pista. Lo han merecido, han jugado mejor que nosotros en los dos últimos partidos", luego siguió. "Pero fuera del apista, bueno, tengo que hablar con respeto de todos, menos de uno", haciendo clara referencia a Evan Fournier, al que no mencionó explícitamente.
Para Ataman, los gestos obscenos del francés en el OAKA al público del Panathinaikos en el tercer partido fueron inaceptables y no tuvieron castigo más allá de una técnica, lo que demuestra según el técnico turco, "el doble rasero de los dirigentes del baloncesto griego".
Sus quejas con los es del balonsto en Grecia, se extendieron aún más. Ataman recordó que había entrenado en Grecia, Turquía e Italia: "Seguiremos luchando en la cancha pero lo que he visto en este país..., nunca había visto algo así en mis 30 años de carrera".
El técnico también hizo referencia a una reciente reunión que tuvo ante un comité de la federación griega acerca de su denuncia por insultos racistas en El Pireo: "Tuve que defenderme delante de un jurado durante tres horas para proteger a mi país. Eso no ocurre en ningún otro sitio", denunció.
En la rueda de prensa pospartido, Ataman volvió a referirse a insultos racistas y contra su país recibidos en el cuarto partido desde la grada del pabellón de la Paz y la Amistad. "Hubo muchos insultos contra mi país durante el partido. Y de nuevo nadie hizo nada, nadie paró el partido, ni los árbitros ni la federación". El técnico reveló una conversación con el embajador turco en Grecia, anticipando los insultos del cuarto partido, para que informara al Ministro de relaciones exteriores de Turquía.
En un momento de la delirante rueda de prensa de Ataman, el técnico del PAO comparó su plantilla con la del Olympiacos en relación a los jugadores griegos de uno y otro equipos: "Amo Grecia. He visto muchas banderas de Grecia en las gradas pero ¿cuántos jugadores giegos juegan en el Olympiacos? Sólo uno. Otros son griegos de mentira, como Walkup, Vezenkov, que juega para Bulgaria, o Dorsey. En el Panathinaikos tenemos muchos jugadores griegos, jugadores importantes como Sloukas, Mitoglou, Papapetrou, Kalaitzakis, Samodurov..., y vienen contra mí con la bandera griega porque soy turco... está bien".
El final de la rueda de prensa fue el momento de la explosión de Ataman. Un periodista le preguntó acerca de la acción de Fournier comparándola con otra ocurrida meses antes en un partido de la Euroliga de Kendrick Nunn, un gesto con el dedo. Ataman fue de menos a más hasta que acabó gritando en su argumentación: "Si como periodista aceptas el antideportivo gesto de este jugador del Olympiacos (Fournier) y lo comparas con el dedo de Nunn, entonces tienes que irte a hacer periodismo a otra sección". El técnico turco acabó dando un golpe en la mesa y abadonó la sala. A pesar del final de la Liga griega, la paz está muy lejos de haberse alcanzado.
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