El 'hombre de papel' que humill a los nazis 1u1f16

Por MIGUEL NGEL LARA

La suya es un historia que viaj en el tiempo, la de un futbolista que aos ms tarde hubiera sido una sper estrella, que ech a una ciudad a la calle cuando muri y que fue cayendo en el olvido hasta el punto que hoy en Viena se encuentran pocos recuerdos de Mathias Sindelar ms all de su florida tumba y un busto de bronce en el cementerio de Zentralfriedhof. Era la estrella de la seleccin austriaca que maravill al mundo en la dcada de los 30. Hoy, su figura va siendo recuperada.

El 7 de diciembre de 1932, delante de las 42.000 personas que llenaban las gradas del viejo Stamford Bridge, entre ellas el Prncipe Jorge, Inglaterra derrotaba a Austria por 4-3, pero hubo un jugador que brill ms que nadie, el austriaco Mathias Sindelar. “Es el maestro del baln”, contaba la crnica de ‘The Times’. El 3-3 llev su firma y los que lo vieron lo bautizaron como “el gol del siglo”.

Cuando la estrella del ‘Wunderteam’, que jugaba de espaldas a la portera con una elegancia desconocida en los aos 30 y al que llamaba ‘El hombre de papel’, abandonaba los vestuarios del templo del Chelsea no saba que no iba a volver a jugar con Inglaterra. En su camino se iban a cruzar los nazis. Su carcter rebelde hizo que no cambiara su forma de vida por mucho que supiera que estaba en la lista negra de la Gestapo.

El 23 de enero de 1939, Gustav Hartmann, ntimo amigo de Sindelar, forz la puerta de su casa al no saber nada de l desde haca demasiado tiempo y se encontr muertos en la cama a su camarada y a su ltima novia, Camilla Castagnola. La versin oficial fue una intoxicacin voluntaria de monxido de carbono. Suicidio. Sin embargo, en las calles y cafs de Viena, ocupada por los nazis desde marzo de 1938, en voz baja se hablaba de la Gestapo como culpable de su muerte.
Nacido en Kozlov (Moravia) en 1903, hurfano desde los 14 aos, cerrajero para ayudar a su padre y vctima del paro que azotaba a la clase obrera, Sindelar encontr en el ftbol la forma de escapar de la pobreza.

Su habilidad con el baln le abri puertas cerradas para chavales de su humilde cuna. Lleg a Viena, donde se convertira en estrella del Austria de Viena. En la capital, el delantero estrella se convirti en un asiduo de tabernas, burdeles, coleccionista de amores pasajeros y vivi rodeado siempre de polacos, checos, hngaros y judos, minoras colocadas bajo el control de los ojos de la Gestapo desde la anexin de Austria al Reich (el Anschluss), una de cuyas primeras medidas fue la detencin de 70.000 personas. A ‘Sindi’, como se le conoca en las calles de Viena, se le uni siempre con descendencia juda, pero sus padres pertenecan a la comunidad catlica de Moravia.

Conscientes del poder del ftbol y del de una seleccin, la austriaca, que maravillaba por donde pasaba, una de las primeras medidas del gobierno de Arthur Seyss-Inquart, el ltimo canciller austriaco, puente empleado por Hitler para la anexin y ahorcado tras los juicios de Nuremberg, fue la disolucin de la federacin de ftbol, la ‘limpieza’ en los clubes de jugadores y empleados judos, comunistas o socialdemcratas y la ‘invitacin’ a los internacionales del ‘Wunderteam’ a unirse a Alemania. Austria no exista, era Ostmark, la marca oriental.

El Austria de Viena fue uno de los ms perjudicados. Su presidente, Michl Schwarz, hebreo de origen, fue apartado. Se prohibi a todo miembro de Die Veilchen (Los violetas) acercarse a l, lo que se avisaba en los nuevos contratos redactados. Sindelar se rebel. Propag su amistad con el ex presidente en cada sitio que pisaba y sabiendo que era seguido no tuvo miedo a visitar y pasear con l por mucho que el Doctor Schwarz le avisara del peligro que corra.

Las autoridades alemanas, con el fin de demostrar que todo era normalidad, organizaron un partido para el 3 de abril de 1938 entre la seleccin alemana y el ‘Wunderteam’. El escenario elegido fue el Prater de Viena y el resultado, para que no hubiera rencillas, deba ser un empate sin goles. Sindelar logr, a cambio de acordar el 0-0, que su equipo jugara con los colores nacionales de Austria y no la nueva equipacin pensada por los nazis. Estos accedieron. El partido no parece en los anales de la FIFA ni en los de la Federacin Alemana.

Tras toda la parafernalia organizada con la esvstica como reina de la fiesta, el 0-0 estaba en el marcador tras ms de una hora de juego. El palco, repleto de militares y del Partido Nacionalsocialista, se haba inquietado varias veces con acciones de Sindelar y Karl Sesta, inquietos cerca de la portera germana. A los 70 minutos sus rostros pasaron de la inquietud al odio. Sindelar aprovech un rechazo del meta alemn, Jakob, para hacer el 1-0. El Prater rugi como ningn alemn esperaba. No contento con el gol, Sindelar se fue como una flecha hacia el palco y celebro en tanto con una efusividad y un baile que los nazis soportaron enrojecidos de ira.

Poco despus, Sesta lanz un derechazo desde ms de 30 metros que sell el 2-0 final y, posiblemente, el destino de Sindelar, considerado por los ofendidos y encolerizados nazis como el cabecilla de aquel acto de rebelin. Mientras muchos del ‘Wunderteam’ aceptaron jugar con Alemania, Sindelar se neg siempre por mucho que el seleccionador germano entre 1936 y 1964, Sepp Herberger, insistiera que era al que quera en su equipo.

En septiembre 1938, Sindelar dio un paso ms. Compr un bar en Favoriten, un barrio humilde del sur de Viena en el que vivi cuando lleg a la capital austriaca. Su anterior propietario, Leopold Drill, era un judo que haba sido detenido despus de la anexin. La Gestapo puso bajo vigilancia al bar e infiltr agentes entre una clientela repleta de judos y de personas vinculadas a la izquierda. Los informes fueron claro: un nido de sujetos contrarios al Partido y de clara tendencia antialemana.

Vigilado y acosado, Sindelar no emiti nunca entre sus amigos seales de estar deprimido y, mucho menos, de sufrir tendencias suicidas. Su vida, alejada del ftbol, pasaba entre bares y mujeres, la ltima Camilla Castagnola, diez aos mayor que l y que lleg a Austria desde Italia huyendo de Mussolini por su sangre hebrea. Su muerte, segn las autoridades por ingestin voluntaria de monxido de carbono, no convenci a nadie cercano a ‘Sindi’. Los nazis hicieron correr el rumor de que el suicidio fue el final de una noche de excesos, de sexo y drogas.

En un reportaje de la BBC, un amigo del jugador afirm que corrieron los sobres y el dinero para que el caso se cerrara con urgencia y sin demasiadas investigaciones. Slo la intervencin de un oficial, ofreciendo la versin de que se haba tratado de un accidente, evit un entierro clandestino.

Ms de 35.000 personas se echaron a las calles de Viena en su funeral, algo que los nazis no esperaban. El informe de lo ocurrido acab en los despachos de la Gestapo y, supuestamente, desapareci como consecuencia de la guerra. Los parroquianos de su bar siempre mantuvieron que fue un asesinato y que jams se remiti informe alguno de la muerte del ‘hombre de papel’ y de su amante. Hace aos que en cada aniversario de su muerte hay un acto de homenaje en su tumba.