El da que el Che grit un gol de Di Stfano al Real Madrid 384j2d

Por Miguel ngel Lara

El 6 de julio de 1952 el estadio Nemesio Camacho El Campn estaba repleto. Ms de 50.000 personas iban a disfrutar del primero de los dos partidos que en solo tres das iban a enfrentar en el coloso de Bogot al Millonarios de Di Stfano y al Real Madrid. Los blancos se adelantaron a los 17 minutos con un gol de Olsen. A la hora del encuentro, el estadio estall con el gol del empate, firmado por La Saeta Rubia. Entre todos los que gritaron ese tanto, un joven argentino de 25 aos enloqueci. Su nombre, Ernesto Guevara, que pasara a la historia como el Che.

A finales de diciembre de 1951 l y su amigo Alberto Granado haban partido desde Crdoba con direccin a Buenos Aires a lomos de la moto bautizada como La Poderosa II (una Norton de 500cc) para recorrer Amrica Latina. Tras pasar mil peripecias, incluyendo la perdida de la motocicleta o cruzar a nado el Amazonas aprovechando las corrientes del gigante, a mediados de junio de 1952 pisan suelo colombiano. En una balsa que les regalan unos indgenas peruanos llegan a Leticia despus de que por quedarse dormidos aparecieran en Brasil. All conocen al gerente del equipo local, el Independiente Sporting. A Ernesto y Alberto, a este de manera especial, el ftbol les encanta y convencen al club para entrar a trabajar con ellos. El equipo era bastante flojo y los directivos colombianos creyeron que al ser argentinos seran una buena ayuda, por eso los nombran entrenadores.

El Che, con un equipo de ftbol

Empeados en mejorar, insisten en el trabajo defensivo, en la marca al hombre y se convierten en jugadores-entrenadores al ver que “eran muy malos”, segn palabras del Che. Con problemas de asma desde nio, Ernesto se coloca bajo palos mientras que Alberto se gana el apodo 'Pedernerita' por sus habilidades en el regate recordando a Adolfo Pedernera, otro de los grandes de River que formaba parte del ‘Ballet Azul’ de Millonarios de Bogot. En el torneo que cada ao esperaba el pueblo, tras empatar a cero, caen en los penaltis. Ernesto para uno, pero el delantero centro del equipo falla hasta tres lanzamientos.

Cubierta esa etapa y a pesar de que les ofrecen un buen dinero para seguir, lo venden todo y ponen rumbo a Bogot en un hidroavin. La capital colombiana les recibe cargada de tristeza, de militares por las calles, de miedo y gente vestida de negro. A pesar de que haban pasado cinco aos, Colombia segua impactada por el asesinato el 8 de agosto 1948 del poltico de la izquierda-liberal Jorge Elicer Gaitn, que esa misma tarde tena una cita con un joven estudiante cubano llamado Fidel Castro. Fue el origen del Bogotazo. Colombia viva das de fuego entre el gobierno de Roberto Urdaneta Arbelez y la guerrilla.

Los dos argentinos iban a tardar poco en chocar con la polica colombiana, como narra Paco Ignacio Taibo II en su biografa del Che. Casi recin llegados a Bogot son sorprendidos mientras Ernesto trazaba con un pual un plano de la ciudad para orientarse. El cuchillo queda requisado y se inicia una disputa de das con la polica para recuperarlo lo que hace que sean detenidos y amenazados con la expulsin del pas. El incidente iba a acabar con la decisin de abandonar Colombia y cruzar la frontera con Venezuela, lo que ocurre el 14 de julio.

Di Stefano, y la delantera de Millonarios de Bogot

Pero antes, y en medio de esa disputa policial, viven su mejor experiencia en Bogot al conseguir entradas para el partido entre Millonarios, fortalecido por la fuga de estrellas argentinas tras la huelga de 1949, y un Real Madrid que no ganaba la Liga desde antes de la Guerra Civil (1933) pero que estaba poniendo las bases para convertirse en el gran gigante mundial.

De lo que pas entre el 6 y el 9 de julio hay varias versiones. En unas, los dos aventureros slo lograron estar en la tribuna ms popular del estadio; en otras fueron capaces a travs de un estudiante llamado Julin Crdoba de ver a Di Stfano despus del primer partido (lo gan Millonarios 2-1 gracias a un gol de Pedernera a falta de cinco minutos), ‘matear’ con l y recibir de sus manos dos entradas para el partido en el mismo escenario con los mismos protagonistas para el Trofeo de la Cancillera (1-0 gan Millonarios con gol de Bez). Y en una tercera, el encuentro con La Saeta Rubia fue previa al primer partido en un restaurante al que acuda a menudo Di Stfano y en el que Ernesto y Alberto esperaron hasta que apareci el astro.

Para Ernesto Guevara, Di Stfano era un grande, un dolo a pesar de que l era seguidor de Rosario Central. Con apenas 11 aos, igual que su hermano Roberto, recitaba de carrerilla en las calles de Alta Gracia los equipos de los grandes de Argentina. En esa localidad de la sierra cordobesa trataba su familia de mitigar los efectos del asma que sufra Ernesto. Eso hizo que la portera fuese su puesto elegido pues corra menos y tena el inhalador a mano.

El Che y Alberto Granado, con su moto

Al margen de irar a Di Stfano, el jugador por el que senta devocin era el Chueco Garca, un extremo zurdo que jug en Central y Racing, dos veces campen de Amrica con Argentina (1937 y 1941) y apodado ‘El poeta de la zurda’.

Al margen de la aventura colombiana, el ftbol estuvo presente varias veces en ese primer viaje del Che y su ‘hermano’ Granado por Amrica del Sur. l mismo dej escritas esas vivencias. La primera en Chile, cuando en un camino se encontraron con unos obreros que en las pausas de su trabajo montaban partidos de ftbol: “Alberto sac de la mochila sus alpargatas y empez a dictar ctedra. El resultado fue espectacular: contratados para el partido del domingo siguiente; sueldo, casa, comida y transporte hasta Iquique. Pasaron dos das hasta que lleg el domingo jalonado por una esplndida victoria de la cuadrilla en que jugbamos los dos, y unos chivos asados que Alberto prepar para maravillar a la concurrencia con el arte culinario argentino”.

Y otra en las alturas incas del Machu Pichu: “En las ruinas nos encontramos con un grupo que jugaba al ftbol y tuve la oportunidad de lucirme en una que otra atajada por lo que manifest con toda humildad que haba jugado en un club de primera de Buenos Aires con Alberto, que luca sus habilidades en el centro de la canchita”.

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